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  Fata Morgana Cristina de la Concha
 

23.Dic.08

     
     
     
     
 

 del arte de

 
 

  Agustín Vargas

 
 

 el artista que se detuvo a pintar en Tulancingo

 
     
     
     
 
 

Pterocles Arenarius

 

desde Guanajuato

 
 
     
 

Hay que leer poesía

 
 

 
 

teleadicción dañina versus el ejercicio intelectual de la literatura

 
     
 
 

 

   
     
 

En México, carta del poeta Félix Pacheco

 
  y  
 

Desde Argentina, carta

 
 

de agradecimiento general y abarcativo a la comunidad toda de la localidad de Tulancingo, Hidalgo

 
 

de María Encarnación Anadón y Franco Gariboldi, participantes del

 
     
  2o Encuentro Latinoamericano de Escritores  
  en Tulancingo, Hgo., México   
     
   
     
  En Glocalia.com  
  México: El regreso de Lucía  Morett  
  por Carlos Fazio  
     
  http://www.glocalia.com/ detalle_noticia.phpid=2008121214031405 ba2791ba82c7f81d09c46e4adfe78b  
     
   
   
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La confianza y “papelito habla”

 
 

 

 

 

 
 

 “No te fíes ni de tu propia sombra”, escuchaba desde muy pequeña decir a mi padre en forma constante y uff, cuánta razón ha tenido y no porque no podamos confiar en persona alguna sino porque no sabemos quién es quien no se hará acreedor de nuestra confianza, entonces, por si las moscas, arrasemos con todos, ¿no?, eso pareciera.

 
 

            En mis andanzas por la gestión de recursos para la realización de actividades culturales he encontrado personas realmente muy gentiles y desinteresadas que me han dado una confianza, destaco, inmerecida y más si me baso en la sentencia del párrafo anterior pues muchos, sin comprobante alguno, han puesto en las manos que teclean este artículo donativos para la causa de Culturalcingo, A.C., lo que en lo personal agradezco y seguiré agradeciendo siempre. Con esta confianza que da conocerse de muchos años, de toda la vida en la mayoría de los casos tratándose de mi ciudad natal, de haber estado en infinidad de ocasiones compartiendo platillos y festejos de infantes, de grandes, de acontecimientos, charlas, deportes, o de manera indirecta relacionados por trabajo, negocios o vacaciones, o de viejas amistades, se han dirigido la mayoría de las solicitudes de apoyo. Y con esa misma confianza, han dado respuesta todos en forma oral de aquello con lo que contribuirían y, en forma oral, se han hecho los acuerdos. Con esa misma confianza, quienes no han tenido posibilidades de brindar dicho apoyo, lo han manifestado así. Con esa misma confianza, ante esa respuesta, Culturalcingo siempre ha contestado “gracias de todos modos”, pues estamos conscientes de que no es una obligación, de que aun cuando la obligación le confiere al Estado por ser la cultura un derecho constitucional muchas veces sus partidas ya están destinadas a otras actividades, y de que no todos de aquellos independientes pueden apoyar y, sobre todo, de que hay quienes no están interesados en este tipo de participación, unos porque no están de acuerdo en que particulares trabajen en eso y no el Estado mismo, otros porque la consideran un adorno inútil, caso, este último, en que es mejor no incomodar a estas personas y, ya que ése es su pensar, agradecer que nos brinden unos minutos de su tiempo para escuchar nuestra petición. Y, claro, ha habido quien, en una forma velada de negarse, ha afirmado que hará una aportación pidiendo que se le telefonee después y, posteriormente, no responde las llamadas, lo cual es comprensible aunque no aceptable pues significa gastos y pérdida de tiempo.

 
 

            A cambio de su aportación, a los patrocinadores se les anuncia como tales, incluso a algunos se les ha destinado un espacio en la página Tulancingo cultural, lo que beneficia sus ventas y su imagen, por lo que en cierto modo estos apoyos recibidos son retribuidos, de la misma forma que importantes refresqueras invierten enormes cantidades en anuncios en eventos masivos, anuncios que, incluso para un político en funciones, son muy provechosos por muy prohibido que esté el proselitismo en tales circunstancias.

 
 

            Al final, estas actividades culturales se realizan en forma voluntaria, al final los apoyos se piden de buena fe, al final se espera la misma actitud y, por este motivo, no se desconfía de las palabras de los patrocinadores pues se parte de la credibilidad para elegir a quién solicitar un patrocinio y, aun cuando se intuya que no se recibirá dicho apoyo, se mantiene la credibilidad hasta no comprobar lo contrario. Se espera que el patrocinador potencial tenga la misma actitud de buena voluntad y que, cuando ya afirmó qué es lo que va a aportar, en cantidad o en especie, lo cumpla y, en caso de que surgiere algún inconveniente que le impidiera colaborar, lo haga saber en cuanto le sea posible pues la promesa implica que los organizadores ya cuentan con dicha aportación.

 
 

            También siempre, seguramente al igual que ustedes, escuché a mis padres decir “cumple todo lo que digas, si no puedes hacerlo, dilo con tiempo”. Sí, es de gente cabal y honesta, es de profesionales cumplir, y hablando se entiende la gente, cuando alguien se ve imposibilitado a cumplir, es comprensible y perfectamente aceptable. Pero, revisando todos los hilos, queda un cabo suelto: papelito habla. Si se presenta una solicitud especificando o no los requerimientos, ¿es comprobante? sólo de que se solicitó, no de que el patrocinador hará una aportación o si en efecto está de acuerdo en llevarla a cabo. Si todo lo solicitado ha sido de buena fe y basándose en la confianza de la capacidad de cumplimiento de los patrocinadores, y éstos han respondido oralmente, ¿ha sido justo y pertinente no solicitar que se hiciera por escrito? Si los patrocinadores lo han considerado un favor, una "molestia", una obra de caridad ¿es pertinente solicitarles que pongan por escrito su compromiso?, es decir ¿es pertinente provocarles más molestias?

 
 

            Imaginemos por un momento que uno de estos patrocinadores con el que hay una relación de confianza, de muchos años de conocerse, habiendo hecho una promesa de una aportación, decide retractarse sin poner sobre aviso al solicitante caso frecuentísimo y entre gente de confianza, como decía un viejo amigo de la adolescencia ¡hace unos treinta años! y no precisamente Carmen Salinas, se da “hasta en las mejores familias” . Imaginemos que el mismo patrocinador había hecho llegar al promotor la información concerniente a los anuncios correspondientes y, no obstante, se retracta nada inusual en nuestro país. Imaginemos que el promotor ya tiene colocados los anuncios de este patrocinador y que, incluso, éste ya tenía noticia de dichos anuncios en panfletos y medios muy común. ¿Sería profesional que el mismo auspiciador, teniendo ya la certeza de que no le será posible realizar la aportación, omitiera comunicársela? Sin embargo, me voy más lejos, si para muchos patrocinadores este tipo de aportaciones son favores o "molestias" u obras de caridad a las que no están obligados, parecería luego que es posible pasar por alto comunicar que no se hará la aportación, lo que suscita la pregunta ¿eso mismo se haría, entonces, a un minusválido o a un asilo de ancianos o a un dispensario?

 
 

            Y, en un caso así en particular, ¿sería procedente que, argumentando que se contaba con ese patrocinio y que, de haber sabido lo contrario, se habría solicitado a otras instancias, el promotor reclamara la promesa al patrocinador potencial? Si, en respuesta, este último negara haber hecho esa promesa ¿sería cabal?

 
 

Y ¿si se tratara de un mal entendido? Procedería, entonces, una aclaración, lo que permitiría buscar una solución que convenga a ambas partes, pero si, por lo contrario, ¿el patrocinador sólo niega y se da a la tarea de desprestigiar al promotor entre otros patrocinadores aduciendo su falsedad? O ¿si el patrocinador no lo niega, paga ante el reclamo después de tres meses y se da a la tarea de desprestigiar al promotor aduciendo que nunca hubo un compromiso? Uuuuugg, pues si se trata de “decir”, cualquiera puede decir cualquier cosa a menos que haya un “papelito que hable”, lamentablemente.

 
 

            El problema se reduce únicamente a comprobar apoyos económicos a actividades culturales ofrecidos por los patrocinadores, esto reitera la necesidad no sólo de la solicitud formal sino también de acuerdos por escrito y firmados, y no porque desconfiemos de todos sino porque no sabemos quién es ese alguien que va a fallar porque sencillamente decide retractarse o porque simplemente hablamos distinto unos y otros, porque damos sentidos diferentes a las palabras o porque estamos pensando en otro enfoque de la circunstancia, porque teniendo el mismo idioma las palabras y las frases pueden dar diversas connotaciones, o porque estábamos distraídos o teníamos prisa, en fin, los malos entendidos se dan por mil y una razones, aun cuando conozcamos a la persona de treinta años, como dice mi padre “no te fíes ni de tu propia sombra”, realicemos acuerdos por escrito ya no por cobrar la aportación prometida sino con el solo fin de evitar ser acusado de falsedad.

 
 

           

 
 

Cristina de la Concha

 
     
     
   

 

 
     
 

 

 
 

Fata Morgana

 
     
     
 

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Día de la Libertad de Expresión: 7 de junio ó 3 de mayo

 

Declaración Universal de Derechos Humanos

 

 

De tolerar y tolerancia

Declaración de Principios sobre la Tolerancia

16 de noviembre, día Internacional de la Tolerancia

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