¡SI ZAPATA VIVIERA…!
Por Gloria Valencia
Vargas
El General Emiliano Zapata “el Caudillo del Sur” símbolo de la
lucha campesina de todo un pueblo, quien encabezó la rebelión contra los
gobiernos de Madero, Huerta y Carranza. Su muerte significa la mentira y la
traición de sus enemigos, la defensa de la tierra y de los desposeídos, su lucha
no fue la misma del mal gobierno.
A casi cien años de su muerte, intelectuales e historiadores de la derecha
neoliberal lo califican de tonto, intransigente, flojo quien no estuvo en ningún
frente, hasta se mofan de su vida amorosa. Sin embargo, su recuerdo, sus ideales
y sacrificio están con muchos mexicanos que anhelan la paz, la igualdad y la
defensa de una patria digna.
El 17 de marzo
de 1919,
Zapata dirigió una enérgica carta al señor Carranza que tuvo graves
consecuencias en virtud de que la contienda se agudizó hasta adquirir niveles de
lucha a muerte:
“Nadie cree ya
en usted, ni en sus dotes de pacificador ni en sus tamaños como gobernante… Es
tiempo de retirarse, es tiempo de dejar el puesto a hombres más hábiles y
honrados. Sería un crimen prolongar esta situación de innegable bancarrota,
moral, económica y política… La permanencia de usted en el poder es un obstáculo
para hacer obra de unión y de reconstrucción… Por la intransigencia y los
errores de usted se han visto imposibilitados de colaborar en su gobierno
hombres progresistas y de buena fe que hubieran podido ser útiles a México… esos
jóvenes que se han iniciado en los grandes principios de la revolución y sienten
infinitamente ansia de realizarlos; esos enamorados de un ideal, que hoy llevan
el alma impregnada de anhelo por un gobierno serio, honrado, fuerte, impulsado
por anhelos generosos y atento a cumplir los compromisos contraídos en hora
solemne…”
Dromundo
Baltasar: Emiliano Zapata (1934).
Así se fraguó la
traición y muerte de Zapata quien tuvo la ingenuidad de creer en las mentiras
del coronel Jesús Guajardo que le hizo llegar a Zapata la noticia de que su jefe
el general Pablo Gonzales, le había llamado la atención por cuestiones de
campaña. El caudillo del Sur envió una carta al coronel mencionado,
mediante la cual lo invitaba a unirse a sus fuerzas. Guajardo le contestó
afirmativamente:
“Le manifiesto a
usted que en vista de las grandes dificultades que tenemos Pablo Gómez y yo
estoy dispuesto a colaborar a su lado siempre que se me den garantías para mis
compañeros…” El 1° de abril, Guajardo llamaba a Zapata así: “Muy estimado
jefe”. El día 2, Emiliano daba instrucciones a Guajardo para su
cambio de frente. Contestación afirmativa de éste el día 3, Carta de Zapata el
día 6. El 8 Guajardo simulaba un ataque a Jonacatepec defendida por el general
Daniel Ríos Zertuche. Todos los hilos del drama estaban atados. El día 10 de
abril de 1919, a medio día, montando el caballo que Guajardo le regalara, el
general Zapata cayó en la hacienda de Chinameca, víctima de los disparos de
gente armada apostada en la azotea en las puertas y en los patios del trágico
lugar. El caudillo tuvo tiempo aún de desenfundar su pistola.
Así falleció en
tan negra forma el jefe de los campesinos, desposeídos, el guía de los peones
acasillados de todo el país.
LA MUERTE DE
EMILIANO ZAPATA
Escuchen,
señores, oigan el corrido
de un triste
acontecimiento;
Pues en
Chinameca fue muerto a mansalva
Zapata el gran
insurrecto…
El buen Emiliano
que amaba a los pobres
quiso darles
libertad;
por eso los
indios de todos los pueblos
con él fueron a
luchar.
No nos resta más
que decir ¡si Zapata viviera con nosotros estuviera…!
Hasta la
próxima.
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