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informes e
inscripciones:
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en la sala de
arquitectura y diseño de la Biblioteca del IAGO:
con Jesús Augusto
Martínez (de 10:00 a 14:00 horas)
y con Miguel Ángel Aguilar (de 15:00 a 19:00 horas):
Macedonio Alcalá 507, Centro, Oaxaca,
Oaxaca
a los
teléfonos
(951) 516 6980
(951) 516 2045 (ext. 1)
o al movil:
(044/045) 951 125 8606
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Taller de
diseño de cartel
DE
LA PALABRA A LA ACCIÓN
g r á f i c a c o n t r a
e l p o d e r
con Andrés Ramírez
Fechas del taller:
9, 10 y 11 de julio de 2009
Dirigido a:
Todos los interesados en el diseño gráfico
y/o la cuestión social: escritores, publicistas, diseñadores, promotores
culturales, grafiteros, artistas independientes, estudiantes, creadores
de cualquier disciplina
Sede:
Jueves: Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (Macedonio Alcalá 507,
Centro, Oaxaca, Oaxaca) y
Viernes y sábado: Centro de las Artes de San Agustín, CASA
(Independencia, S/N, Barrio de Vista Hermosa, San Agustín, Etla, Oaxaca)
Requisitos:
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Traer cámara fotográfica digital
-
No es necesario tener formación como
diseñador gráfico
-
De preferencia, traer
lap top
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Cubrir la cuota de recuperación: setecientos pesos
Nota:
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Las
sesión del jueves será en el IAGO de 16:30 a 19:30 horas. Al
terminar se llevará a cabo la conferencia
-
La cuota de
inscripción al taller incluye materiales para trabajar y la
impresión final de los carteles
de los participantes a las sesiones
-
La inscripción al
taller facilitará transporte gratuito,
ida y vuelta (Oaxaca-San Agustín-Oaxaca), para lo cual se les
otorgarán boletos que deberán presentar al abordar el autobús
-
El autobús saldrá
del Jardín Conzatti, puntualmente,
a las 15:30 horas (el viernes 10) y a las 9:00 horas (el sábado 11)
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Finalizado el
taller se entregarán constancias
de participación
Andrés Ramírez
Fundador del despacho de diseño La máquina del tiempo,
Andrés Mario Ramírez Cuevas, es uno de los diseñadores más polifacéticos
de su generación. Si el cartel increpa, reclama o grita hasta
desgañitarse, si su voz logra situarse entre las paradojas de lo
socialmente verificable en los espasmos de la ciudad asediada de
símbolos y en logros de portadas y diseños con un lenguaje que campea
entre los mejores de la creación latinoamericana contemporánea es
gracias a su prolífico trabajo. Andrés Ramírez aborda con la misma
soltura soluciones partidarias del street
art hasta las más formales para las numerosas instituciones
culturales a las que ha dado un sentido gracias a su oficio de diseñador
y de tipógrafo maestro.
“No es la escritura sino lo escrito lo que se convierte
en materia de los actuales artistas gráficos, tipógrafos y editores.
Ella, la escritura, nos obliga a entenderla como acción, como sucesión
constante y consistente; en cambio, lo escrito implica un resultado, un
producto de la actividad: algo a lo que no puede añadirse sentido si no
es por obra de recursos exteriores, no ajenos pero sí distintos y que
operan en función de otras reglas artísticas y andamiajes reflexivos…
—dice de la obra de Andrés Ramírez José Manuel Mateo, y continúa—,
conoce dichos andamios y ha recorrido, sin artilugios míticos, los
laberintos de la tipografía como estética de lo impreso. Él provee
energías adicionales a los textos y los lleva a tomar esa configuración
carnal, aromática, táctil, luminosa, que es el libro... o bien, como en
este caso se comprueba, les brinda el arreglo exacto de ese pariente con
alas del códice: el cartel.” Y continúa: “Luzbel rebelde es más digno
que el esbirro Gabriel. Sumiso”. Esta línea forma parte de la cita de
Ricardo Flores Magón que Andrés Mario incorpora a uno de sus carteles
para el Foro Alicia. Encuentro allí la hermandad deseable entre la
poesía —o la palabra poética— y las posibilidades gráficas y
tipográficas. El texto se lee y se comprende a la vez que forma, sin
artilugios excesivos, las alas de un Luzbel que en efecto da la
impresión de ser, no un mensajero del mal, sino la transfiguración de la
conciencia. Tipografía integrada a la imagen con una contundencia que se
logra sólo a base de tinta negra y una disposición precisa de los
elementos. Y quizá un valor adicional de la propuesta de Andrés Mario:
sus carteles, que son aéreos, también se tornan anfibios y pueden verse
lo mismo en un salón de exposiciones que en los muros de la ciudad,
donde convocan con frecuencia la mirada y la lectura, donde el espíritu
toma nuevo impulso para el viaje de los escrito.”
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