|
17 de mayo de 2016.
El "guajolote", platillo netamente tulancinguense
por
Cristina de la Concha
El "guajolote" es un platillo netamente tulancinguense, nombre
tomado de las inocentes aves, los pavos, llamadas también "conos" o
"güilos" en la región, y, asimismo, el platillo; el vocablo proviene
del náhuatl, "hueixólotl", y significa "gran monstruo".
Consiste
en una “torta” -telera o bolillo-, untada con frijoles refritos y un
par de enchiladas, que se come desde, por lo menos, los años de los
40 del siglo pasado y es de los platillos consentidos de sus
inventores. Actualmente se preparan añadiéndoles diferentes
ingredientes: bistec, huevo, pollo, chorizo y una amplia variedad.
Este platillo, del cual los tulancinguenses se sienten muy
orgullosos, fue importado a la ciudad de México en la última década.
En los 80, en que me trasladé a la capital a hacer mis estudios, no
existían, y era una de las cosas con que mi madre solía abastecer a
su vástaga los domingos para la semana en el D.F.
A
manera de sustituto, preparaba chilaquiles, ya que las enchiladas,
refrigeradas, acaban convirtiéndose en eso, los que, se suponía,
durarían mi semana completa. Con ellos me hacía mis tortas para
llevar a la escuela, tortas que eran vistas como raras, ¿cómo? ¡¿pan
con tortilla? ¿torta de chilaquiles?!, comentaban. Al parecer, sólo
a los tulancinguenses se nos ocurría. El abasto se terminaba el
miércoles.
Por otro lado,
algunas mañanas, después de meses de buscarlos en el D.F., compraba
tamales en alguna esquina y un bolillo en una panadería porque en la
"capi" tampoco acostumbraban las tortas de tamal (sólo a los
tulancinguenses se les ocurría) e, igualmente, por este gusto, las
compañeras en la escuela se escandalizaban: ¿cómo? ¡¿pan con tamal?
¿torta de tamal?! Pues sí, sólo a los tulancinguenses se les
ocurría... ¡harina con harina!
De igual modo, tortas o sándwiches de tlacoyo se incluyen en la
dieta tulancinguense, debo añadir que los tlacoyos son distintos de
los del D.F., los originales son de alverjón, pequeños y gorditos.
Hoy día, aunque algunos los atribuyen a la comida chilanga -llamados
"tecolotes" y "guajolotas", pan con chilaquiles y tamal
respectivamente-, lo que no es así, al menos, en las zonas defeñas
por donde anduve en esas épocas, los 80, (desde Tlalpan hasta la
Col. Cuauhtémoc, del Pedregal a Satélite) no lo era (los "tecolotes"
aparecieron después de 2005 en la ciudad de México, no antes), para los
tulancinguenses en el D.F. es un alivio saber que es
posible comerlos y no sufrir el antojo sin satisfacerlo porque, como
dicen en mi pueblo, “no se les vaya a romper la hiel”.
(Pssst psss… no quiero ser chauvinista, pero la salsa jamás será la
misma.)
Ah, también hacen guajolotes de milanesa o moreliana (llamada
tostada en el D.F.)... harina con harina con harina... y otras
excentricidades locales.
|
|