VÍCTOR ARGÜELLES: EL PINTOR DE LA MATERIA
Por Daniel Villaseñor
Víctor Argüelles es un artista salvaje. Al joven
maestro Argüelles (1973) le tiene sin cuidado lo políticamente
correcto cuando enfrenta un lienzo. Él proyecta su mundo emocional
sin titubeos. Enfrenta la creación con descaro. Se sirve de la
técnica para expresarse, no se amedrenta ante ella. Él no es presa
del acartonamiento al que puede llevar la búsqueda de la perfección
académica.
Esas impresiones me deja la serie Focus
rojo, en la que a pesar de que su superficie es el peluche, que
podría hablar de un carácter débil, suave o cursi, en realidad nos
muestra lo contrario. La amabilidad del peluche es violada por el
color rojo que impregna a la imagen de rabia, la suavidad del
peluche es trabajada hasta convertirla en lodo. Argüelles hace del
peluche un lodazal de pigmentos donde se ahogan emociones. Estas
piezas son un tesoro para un psicoanalista en banca rota si vierte
los hallazgos de los bajos fondos del artista en un libro.
Una obra de dicha serie, puede ser una composición de
cuatro figuras rectangulares en la que cada una, se hace un
diferente tratamiento de la superficie. Una da la impresión de haber
sido rasgada, otra de haber sido tatuada, otra cosida y, lacerada
una más. Los colores rojos, ocres, y rosas intensos no dan tregua a
la vista. Esta serie es un campo de batalla entre la vista y la
imagen. Y el espectador sale triunfante o derrotado, siempre con la
convicción de haber luchado. No hay puntos medios. En esta serie no
hay observadores, hay forzosamente involucrados o renegados.
En otra tendencia, sin abandonar la fuerza y la
provocación, Víctor Argüelles explota las cualidades de la materia
como carne, lo que desencadena un sinnúmero de posibles asociaciones
que pueden generar en el terreno semántico. Se trata de la serie
Fluir, que en una interpretación común, la serie habla de la
carne descuartizada, remite a nuestros órganos internos y vísceras,
por tal razón en mi interpretación versa sobre la vulnerabilidad,
pues estos elementos orgánicos los vemos al “abrirnos”, se exhiben
al ser expuesta nuestra constitución interna. Para el artista es una
exploración del tiempo, pues su ejercicio trata de explorar el
tiempo en la carne que lo registra al sufrir transformaciones, que
se hacen evidentes en la texturización de la superficie.
Hablando en general, la búsqueda del maestro Víctor
Argüelles se centra en volcar los sentimientos íntimos del individuo
en la pintura, por eso tiende a la abstracción, en la que encuentra,
a través de la vorágine de las formas inciertas de sus trazos, las
fuerzas impulsivas en el alma. Se trata de un reencuentro o
reestructuración de los sentimientos en el lienzo.
Más sobre este
artista en:
Tomado de Fanzine 3D2, Videncia: Un viaje por las artes. Sección de
arte, Año 2, Número 12, junio de 2010, pág. 6 y 8.