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24 de junio:
aniversario de la muerte de "El Zorzal", Carlos Gardel |
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Desde Argentina |
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De
Araceli Otamendi,
fragmento de su novela inédita La
Carta de Gardel
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Con motivo del aniversario de la muerte de "El Zorzal",
forma en que le llamaban a Carlos Gardel pues "cada día
cantaba mejor", que tuviera lugar el pasado 24 de junio,
Tulancingo cultural publica
este
fragmento de la novela inédita La Carta de Gardel
de
la argentina
Araceli Otamendi,
escritora y periodista, directora de la revista digital de
cultura
Archivos del Sur.
La Carta de
Gardel
se
inspiró en una exhaustiva investigación que
realizara
Araceli Otamendi
sobre el tango de la que,
de
un sinfín de
entrevistas a escritores, cantantes,
compositores, visitas
a
diversos
lugares
relacionados,
sin
faltar el
Museo Casa de Carlos Gardel,
a
distintos bares como el Café Homero,
el Café de los Angelitos, el Café Margot, a
cafés en el barrio de Boedo,
de adquisición
y lectura
de
títulos
diversos
de ensayos,
de consultas
en bibliotecas,
como
la del Congreso de la Nación,
de
audios letrístico musicales,
y
una
toma
fotográfica
masiva,
surgieran, además de esta novela,
algunos cuentos.
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Fotografía de carta y de Gardel tomada en la Casa de
Carlos Gardel. |
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La carta de Gardel
(fragmento)
Carlos Gardel sueña ahora con una
mujer que ha visto alguna vez en un pueblo. Es uno de los
pueblos de la provincia de Buenos Aires donde ha tocado y
cantado junto a Razzano. Y lo que más recuerda de esa mujer son
los ojos claros, la mirada dulce y fuerte, todo eso junto. La
mujer se mantiene erguida junto a la puerta de calle. Pero no ha
sido la imagen de la mujer lo que ha llevado al cantor hasta ahí
sino un silbido. Ha sido una música, el silbido de un tango lo
que lo atrajo ante una puerta de madera antigua y el Zorzal ha
mirado hacia el lugar de donde proviene la misma melodía que él
ha cantado ahí, en ese pueblo. Y entonces ha visto a la mujer,
alta, delgada, de dulces ojos claros y pelo rizado y rubio.
- ¡Qué bien silba el
pibe! - dice Gardel.
Y ella lo mira de arriba a abajo
y le contesta:
- No es un pibe, es una nena, es
una de mis hijas. La niña que ha estado escuchando el diálogo
escondida en la media pared de la terraza se incorpora y vuelve
a silbar y se esconde nuevamente.
Y es entonces cuando Gardel
silba, el típico silbido de admiración que él hace siempre
cuando le gusta una mujer.
Carlos Gardel olvidará a esa
mujer que parecía esperarlo en esa puerta de una casa de un
pueblo de provincias, el olvido durará un tiempo. Mientras, el
morocho se irá de viaje a Madrid y luego a París junto a
Razzano. Pero el olvido, como decía Borges es una parte de la
memoria. Y también decía que tarde o temprano vuelven todas las
cosas, y una de las cosas que vuelven es el pasado. Siempre...".
(c) Araceli Otamendi - Todos los derechos
reservados
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