POEMA PARA QUE LAS GAVIOTAS
REGRESEN A SU ALTURA
por
Carlos Garrido
Chalén
Del poemario “EL REGRESO A LA TIERRA PROMETIDA”
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La gente dice pero quién es ese que le escribe al día
que habla de amor y canta a la tristeza;
quién es ese que escribe poesía para no morir, y se estremece,
que ama con ternura para ser humano y no extinguirse,
que dice perdón, disculpen, con permiso;
quién es ese que mira de frente al sol sin temor a sus fulgores,
que sigue diciendo: amor, ven, te quiero, te deseo;
quién es ese de mirada triste
que conversa de ilusión y huele a pino.
Y yo les digo: pero para qué quieren saber quién soy, si soy un puma;
qué les interesa si pido perdón,
si cuando lo deseo me convierto en águila y vuelo al infinito.
Pero la gente insiste
y cuando me retrato en la ciudad
pregunta porqué mi cuerpo no proyecta sombra.
Pero tu felizmente me conoces, y sabes que cuando duermo
mi Ángel de la Guarda se disfraza de hombre
y marcha a disfrutar la madrugada
y tu te quedas reemplazándolo en vigilia.
Ellos seguirán diciendo no obstante muchas cosas
preguntarán insistentes por los muertos que no pude matar
me arrasarán con su envidia de coleópteros
y me harán un forado en el centro del pecho para llevarse mis urgencias
pero tu estarás siempre a mi costado
sembrando de alhelíes los caminos.
No importa entonces que digan
que yo hablo del furor de los surcos con el alma en quebranto.
Yo escribo poesía para que las gaviotas regresen a su altura
Y sigo por eso diciendo: amor, ven, te quiero, te deseo,
tú eres mi máxima extensión,
mi cima,
mi montaña.