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24.Ene.17

 
   

CARLOS SANTIBÁÑEZ ANDONEGUI

      ¡Y la maestra vive, todavía!  
         

 

por el poeta Carlos Santibáñez Andonegui

 

 

1. Qué hacer en situaciones de terror

Pon todo en presente. No hay futuro no hay pasado. Todo está encerrado en un instante. “Todo cabe en el jarrito amarillo de un solo instante” (M. de Oca). Saber dividir el instante en fracciones es lo que da ventaja al delincuente. Tú ve rápidamente al agresor y enseguida suelta su mirada. Fíjate en su entrecejo sin que atisbe: “Va a  reconocerme”, pero que no te sienta cabizbajo, esa mirada tuya como alfiler acaso sea tu última mirada, pero lo seguirá, lo turbará, lo humillará a él cuando tú ya no estés. Será su perdición vivo o muerto. Vivo o muerto, será tu triunfo. Porque somos amor y el amor como personaje, en una obra de teatro lo pregunta: ¿Quién sino yo hizo los ojos? Porque el que mata no es el valiente, sino el que odia al otro, no lo ve con los ojos del alma y por tanto, lo desprecia. No se puede matar a alguien, si no se le desprecia. Ofenderlo primero es más “consolador”.

 

2. Qué es el pánico

La ilusión de que sólo él existe. Por eso el presente lo mata, lo asfixia. Siendo tan chico, le queda grande, o siendo tan grande le queda chico. Es más el miedo al miedo, el pánico sigue siempre a su semejante, el que huye. Quien roba, huye, quien delinque se irá. ¿Quién te robó el reloj? De tus amigos, el que se cortó, el que se fue. Nuevo mal de nuestro tiempo: la depresión ligada al pánico. Cuando la depresión alcanza su nivel, se va del lado del crimen. Mío (suicidio), y cuando la última o primera palabra de aquella vida no es el amor, se salpica en el odio, que le infunde valor para lo que es cobarde por sí mismo, matarse, es entonces que mata primero a los demás.

 

3. No coincido con el Bronco

La mejor definición de homicida: el asesino es la primera víctima. Él ya murió, antes de apretar el gatillo ya está muerto. Su corazón ha sufrido una primera muerte. Con otra: su familia lo sabe. Ha llegado al extremo de la depresión y en vez de darle un antidepresivo en la mañana y un somnífero en la noche con la honestidad del tratamiento,  tratan de tapar el sol con un dedo cuando nos dicen que era una familia normal, el homicida, el probable asesino antes de matar ya está muerto, es imposible no detectar un muerto en familia, tenga la edad que tenga, así tratan de tapar los miles de sitios web en que se enseña a matar, a chicos de 11 a 17 años, de encubrir el fracaso de la policía cibernética, que hace todo menos situar el crimen en la lógica de una situación, “en la dinámica de un régimen, en la totalidad histórica a la cual pertenece” (M. Ponty). Por eso la familia de Federico N., el adolescente que abrió fuego en plena clase de química, tratan de ofrecer sus órganos en donación para tematizar el horror de su crimen. Familia de cazadores, que utilizan para ir de cacería una .22. Nos tratan de contar que el muchachito antes de dispararle a la maestra, acompañó a su padre a las minucias de la cacería. ¡Vamos a decir que la cazó! “Toda arma sueña su sencillo sueño de tigres (Borges) esperando al homicida, para el que fue creada”. No coincido con Bronco que a 2 días del ataque a balazos cometido por un alumno de secundaria en el Colegio Americano del Noreste, anuncia la construcción de 4 preparatorias militarizadas para imponer disciplina en sectores conflictivos. Ante una multitud de caras sonrientes, sugirió a los padres de familia enviar a sus hijos problemáticos a esas escuelas para “arreglarlos”. ¿Es tan casual que la agresión se haya dado en Monterrey? Esa sí es pregunta, y va para el gobernador Jaime el Bronco Rodríguez, con el debido respeto a los candidatos independientes, y va para el bendito de la caja fuerte, para el notario de la producción: ¡Va para Trump!

 

4. Cómo no van a querer repetir esas conductas

Cómo no van a replicar esas conductas, cuando hemos olvidado que la solución no es armarse sino amarse,  dar calidad de vida en la familia, enseñar qué es la maldad, porque ya no se enseña, se enseña que lo malo es no tener dinero, coches, propiedades, y para el niño de 11 años esa viene siendo la maldad, y lo sigue siendo cuando menos hasta los 16. La otra cara de la maldad, la verdadera, no la conoce, ni la conocerá en medio de padres que sientan rasgarse el velo de su virilidad al darle un beso a su hijo, o de gobernadores broncos que esperen remediar con disciplina y armas, lo que la educación no ha conseguido en años, en vez de recordar que nos educan con puras tonterías, las sumas de denominados a nadie le sirvieron para nada, gobernador. Las categorías trigonométricas valen grillo cuando se nos olvida algo muy sencillo: que nos dejamos educar, de aquellos, que nos aman. Aprender a manejar un carro que en vida nunca lograríamos tener, y todavía tener la ironía y el cinismo de darme usted las llaves militarmente, señor gobernador, qué esperanzas que saliera de la escuela sabiendo qué hay que comer para ser sano, dónde están los lugares que me aguardan a mí, las avenidas que recorrer para llegar a ellos, la defensa propia, los primeros auxilios, que la educación abarque lo que sí me importa, lo que sí nos importa, no ejercicios algebraicos inútiles euclidianos, no euclidianos, y a la mera hora no sepamos ni dar el cambio, y entonces la maestra de química que en verdad se bañó y se vistió y desayunó y a lo mejor su sueldo no le alcanza, se convierte en exacta reproductora del aparato ideológico del sistema, y mi odio enfermo me hace odiarla justo para abrir fuego y sacar las fuerzas de hacerme a mí lo propio, no sin antes decirle al grupo: “¡Fuera de aquí!” Pero parece que ella aún no ha muerto.

 

5.Vigilar y castigar

¿El gobernante de hoy prefiere que le crean, o que le obedezcan? Hoy más que nunca la interconexión nos une y sin embargo es cuando más lejos estamos unos de otros. Trump amuralla a un país que no se lo pidió, como si fuera un país viejo y chiquito cuando es joven y enorme, nos estamos destanteando, vamos por una nueva cultura del destanteo, y a propósito: ¿Quién es Federico N.? Netanyahu y Bashar El Assad han podido pedir al comandante de sus fuerzas armadas: localice una escuela donde haya niños, para matarlos. Pero Occidente insiste: lo que se necesita para arreglar el mundo de veras es un ingeniero de desarrollo de producto.

 

6. Parecido a la serie #BlackMirror”

El estudiante que abrió fuego lo hizo por miedo. Esto es lo que hay que enseñar a los niños. Lo hizo porque nadie le enseñó que la vida es una piramidación de sustancias químicas y el que mata cancela la felicidad en el viaje que le espera en este infinito universo.

Es una piramidación de substancias químicas, de la corteza cerebral para arriba. Hace días, un grupo de neurocientíficos  discutió un episodio de la serie británica #BlackMirror”, (serie que aborda historias sobre un futuro distópico-tecnológico), en el cual a partir de un secuestro se pide a un presidente tener relaciones sexuales con un cerdo, y además transmitirlo en vivo por televisión, acto que los ciudadanos miraron a pesar de tener la libertad de no hacerlo. Algo así sucedió con quienes vieron el video en que un adolescente –no niño, tampoco,- de 16 años, en #Monterrey dispara y hiere a sus compañeros y a su maestra de química en clase.

Un médico cirujano por la Universidad panamericana, Luis Humberto Eudave Ramos, en el medio NeuroMéxico (noviembre, 2016) en un artículo llamado “La curiosidad mórbida”, nos dice: “Para estudiar la curiosidad en humanos se han realizado algunos experimentos de resonancia magnética funcional (RMf) donde la curiosidad se ha correlacionado con una mayor actividad en regiones como el estriado, núcleo accumbens o substancia negra, las cuales forman parte del circuito dopaminérgico de recompensa.

En un estudio hecho con monos se encontró que neuronas de la corteza orbitofrontal, codifican elementos involucrados en la curiosidad, (atención, aprendizaje) presentes antes de seguir un impulso curioso. Existe en nosotros un sistema que en caso de llevar a cabo la acción y llenar ese vacío de conocimiento, nos gratifica mediante el circuito de recompensa

¿Ver o hacer algo desagradable, incorrecto, macabro? En este tipo de conductas, simplemente en el no poder evitar mirar un accidente de tráfico, prestamos atención al dolor, sufrimiento o humillación del otro, porque la información o estímulos que contienen una carga emocional negativa son capaces de atraer más atención que uno neutral. Se ha detectado por RMf que al percibir el dolor de otros, activamos regiones cerebrales típicamente activadas al sentir dolor en nosotros mismos, como la corteza cingulada anterior, y la insular anterior (atribuidas a la representación afectiva del dolor y no del estímulo sensorial en sí).

¿Encontramos utilidad biológica en el morbo? ¿Buscamos asimilar la situación o aprender algo de ella? “Mi memoria es magnífica para olvidar”, dijo Stevenson. Y el mundo de hoy ha olvidado –y el caso de Federico N. se repetirá hasta no recordarlo- que la vida es una piramidación de sustancias que se cancelan al matar con dolo. ¿Que deberían habérnoslo enseñado o debería de haberlo aprendido en la escuela?, vaya, nuestros maestros aferrados al guión, a no hablar de su vida jamás por miedo a que los corran, olvidaron la magia: nosotros los humanos… únicamente nos dejamos educar, lo que se llama educar, de aquellos… que nos aman.

 

 
             

 

     

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