CUATRO RUMBOS
Amanece con serpiente al sol, descubriendo el mundo, en este Oriente soplando viento para hacer polvo y después arrojarme al vapor, mordiendo valentía, y yo con las plumas de Quetzalcoalt que se adhieren a mi cuerpo.
Mis ojos señalan al Sur, la izquierda del cielo, en este medio día radiante, donde el fuego juega con la voluntad, mientras el colibrí vuela a ser Huizilopochtli en el mezquite ebrio de pulque para hacer sombra.
Camino lentamente al Poniente atracando el atardecer sin sol, renovando piel MÍA, dejando la hierba seca del pasado, con esta primavera que germina, que alimenta la semilla y la hace crecer, junto a Xipe Totec.
Llegó la noche, allá del Norte, donde se construye el muro, humeando espejos y nos muestre quienes somos, y yo, sentado con Tezcatlipoca, bebiendo aguamiel entre mis magueyes, componiendo mis pasados y tejiendo memorias en este telar de ayates donde nací.
Hoy me postulo a caminar por decreto, mi pecho no es bodega, dijo el que hoy no está, y mis pies se instalan en este Norte magnético, guiado por los meridianos y paralelos para encontrar las fuerzas opuestas, en esta dualidad perfecta que me guía a la casa del vapor, y dormirme en estos cuatro rumbos......