|
20.Oct.13
PASEO DEL FILÓSOFO
por Robert Pinsky
Poeta Laureado de los Estados
Unidos Boston University
Para mí la calidad esencial de la poesía de Luis Alberto
Ambroggio es su inmediatez: imágenes vivas que se sienten
sin mediación, aunque sabemos que son, desde lo más
profundo, productos de arte. Se trata aquí de una mente
filosófica que insiste siempre sobre la inmensa primacía del
encuentro, lo empírico.
Por un lado, la compresión de las imágenes de
Ambroggio no es algebraica, ni por otro, mística. La
energía poética genera más de un código de equivalentes, y
es más perceptible que un frenesí que se toma a dogma de
fe. Es como si el poeta pensase en imágenes, en vez de
construirlas. En la antigua concepción de la metáfora, es
una sensación súbita de reconocimiento.
Algunas veces, como en "La península de los
nuestro", las imágenes son a gran escala y fundamentales,
criaturas vivas y sustancias que constituyen un mundo.
Reserva natural de pájaros felizmente mortales.
El mar nos circunda pero no es sombra
y vivimos atados al azúcar de los huesos.
Hay luz de vida en los surcos.
Nada agoniza en su fervor de primavera.
En la excelente traducción de Ana M. Osan, “A natural
reserve of birds happily mortal./
The sea surrounds us but is not a shadow/ and we live tied
up to the sugar of bones” y, unas líneas más abajo en el
poema, “There is a light of life in the furrows./
Nothing dies in its spring fervor.”
Vacilando, con mi español irregular del colegio,
me pregunto si el poder del poeta de hacer que esas imágenes
sean figurativas, se ve reforzado por la calidad orgánica de
la misma lengua española; lo que percibo como un todo
continuo e integro, la precisión latina de
circunda,
sombra y huesos que se hace más dulce gracias
a una intensidad peninsular árabe. Tengo presente el
diferente efecto de surrounds, shadow y
bones, en inglés anegando con el verbo en romance la
resistente oscuridad germánica de esos sustantivos, el
cognado, el "azúcar" árabe, contrastándolo en inglés con el
otro cognado —e idéntico— "fervor'. Lo que percibo como el
mayor contraste entre las raíces en inglés, la mayor unidad
de fuerza en español, aparece evidente en lo que llamaría la
calidad experimental del genio excepcional de
Ambroggio.
"Experimental":
este poeta, estudioso de filosofía, inmerso en la poesía de
dos lenguas y de numerosos países, mantiene su aprendizaje
muy en el fondo, y lo hace el sirviente discreto de la
experiencia. El "Camino," del título del libro, es el
proceso de la experiencia, presentado como más rico y más
del reino del poeta que cualquier otro destino poético. De
este modo, en “A Walk by the River” (“Paseo por el río”), un
poema extraordinario extendido sobre la meditación de ideas,
incluidas las referencias a pensadores y poetas —un fluir de
nombres propios, de Seneca a Machado— el punto esencial
queda entre las dos formas de movimiento, la corriente
lineal del rio y el progreso líneal del caminante que admira
al río: “the provocation of its currents,/ the pendulum of
tides,/ swirls,/ causes of moving causes,/ waves jumping
like questions,/ its constant restlessness” (la
provocación de sus corrientes,/ el péndulo de las mareas,
remolinos,/ causas de causas movedizas,/ olas saltando como
preguntas,su inquietud continua)..
Esa inquietud constante, “su quietud continua”,
es el sello distintivo de la mente de Ambroggio. Su
formación en filosofía puede determinar la naturaleza de su
poesía, pero lo hace, precisamente, desde un segundo plano:
“I drink with my eyes”, el poema continúa, “the prolonged
language of water.”
With my eyes,
lo cual quiere decir con los sentidos; el lenguaje del
agua, lo que implica cambio de forma y en movimiento.
El poema invoca a La República, de Platón, expulsando
a poetas con “the sincerity of those who/ accept that they
lie/ in the well of their saliva" (la sinceridad de quien/
acepta que miente/ en el pozo de su saliva)..
La naturaleza provisional, parcial, heurística del mito y la
poesía, visible en el rio en el que se reflejan la luna, el
sol y sus mitologías, se resiste a “the tyranny of ideas and
its classes” (la
tiranía de las ideas y sus clases.).
El río, en el perceptible “sermon of its flux” (el
sermón de su flujo),
encarna el proceso de la mente que “washes all absolutes” (lava
los absolutos
en “the romantic freedom/ of his trajectory.” (la
libertad romántica/ de su recorrido).
La gama de poetas completamente diferentes
(Pope, Celan, Sor Juana Inés de la Cruz), que se recuerdan y
evocan en el paseo por el río en una especie de triunfo
fatalista en el que “eternities are brief” (las eternidades
son breves) : el arte, al igual que el río, facilita “the
spirit to drink life,/ élan vital, until it flows
into the sea/ of grace/ of transparency/ of forever/ of
never/ and of nothing” (dando
de beber vida al espíritu,/ élan vital,/ hasta
desembocar en el mar/ de la gracia,/ de la transcendencia,/
del siempre, del nunca/ y de la nada.).
Y el río también, en una peroración lirica, es el detrito,
los desechos y la amenaza de la ciudad que lo rodea y le
infunde su sustancia, una corriente permeada y violada que
es total y queda más allá de ser borrada.
Más allá de ser borrada, pero no más allá de la
contaminación o de la degradación. En "An illegal in
Washington DC?" Ambroggio expresa un lamento sardónico,
lleno de dolor y desdén sobre las degradaciones del lenguaje
hablado.
En "The Oratory Lesson", un erudito de las palabras habladas
considera "the poem that is not heard” (El poema que no se
escucha),: es la "“night without company” (anochece sin
compañía). Sin ser oído, “it whispers/ the burial/ of
oblivion;/ it is the one which the souls/ already black/
weave and ignore” (susurra/ el entierro/ del olvido;/ es el
que tejen e ignoran/ las almas/ ya negras)..
En estos poemas, una reverencia a los materiales hablados
del lenguaje, una reverencia que puede ser llamada
"clásica", se une a un impulso desafiante, perturbador, o
impaciente.
Inquieto y determinado, el viaje del arte, tal y
como lo pintan estos poemas, contiene un elemento
paradójico: el poema, como un paseo, revela su camino
definido y particular a su debido tiempo, pero al empezar el
viaje el camino es magnético debido a su evidente libertad.
En “The Route” (“La ruta”): “The poem is a route we
write/ with the lips and the impulses of syllables” (El
poema es una ruta que escribimos/ con los labios y el
impulso de las sílabas) y sin embargo, “It already conforms
to the terrain of our looks, / the rest and the dream of our
arrival.
Creatures of voices that illuminate, in front/ the horizons
of the place that seduces us/ with the whisper of
wanderer there is no road” (
Ya conforma el terreno de nuestras miradas,/ del descanso y
el sueño en nuestro arribo,/ criaturas de voces que
iluminan, enfrente,/ los horizontes del lugar que nos
seduce/ con el susurro de caminante no hay camino…).
La aparición de la libertad, ese horizonte seductor, inspira
el viaje en cada poema, que deviene un camino, lineal y, si
no queda predeterminado, finito. Este balance entre la
noción de libertad y los requisitos, los propósitos
mortales, del arte, mismo en los “impulses of syllables”,
suministra una energía central y generativa en el trabajo de
Ambroggio.
Un equilibrio relacionado y tenso gobierna el
camino en “Point of Departure” con sus estrofas finales,
herido y aspirante, fluido y enumerativo.
En la bella traducción de Osan:
One walks every time more conscious and hurt
by the stones, the rimes, the stars and their contexts,
the houses and churches with their ups and downs, their
frontiers,
coming and going without reaching the privilege
of arriving, of being, of being the free ecstasy and their
delight.
One walks back and forth, along the chain of illusions
with the fluidity of coincidences, approximations and other
sins
that the soul suffers in the depth of its universe without
precise limits,
adding dunes, currents, walls, foams, abysses, reefs,
reeds, papers and overthrown calculations.
Tomorrow is another day
Anda uno cada vez más consciente y dolorido
por las piedras, las rimas, las estrellas y sus contextos,
las casas e Iglesias con sus altibajos, sus fronteras,
viniendo y yendo sin alcanzar el privilegio
de llegar, de estar, de ser el éxtasis libre y su delicia.
Uno camina la ida y el regreso, a lo largo de cadenas de
espejismos
con la fluidez de coincidencias, aproximaciones y otros
pecados
que el alma sufre en la profundidad de su universo sin
límites precisos,
sumando dunas, corrientes, muros, espumas, abismos,
arrecifes,
juncos, papeles y cálculos derribados.
Tomorrow is another day.
Estas líneas reconocen la abundancia del mundo, su variedad
interminable, mientras confirman la primacía, para este
poeta, del movimiento y la partida, más que la finalidad de
un destino limitado. Todas las cálculos, en ese sentido,
quedan —en las últimas palabas de este homenaje al camino—
“overthrown” (“Derribados”).
©Robert Pinsky
|
|