Cuéntale al ave lo que susurrabas al viento.
Muéstrale tus cuencas ennegrecidas y cansadas.
Córtate un poco de piel, muerde la carne,
lame un poco de esta que soy yo.
Cuéntale al ave lo que cantabas al sol.
Muéstrale el vacío que nace de tu pecho.
Córtate la lengua, chupa mis arterias,
lame la sangre que nace de la flor.
Cuéntale al ave por qué llorabas bajo el sauce.
Muéstrale el camino que hiciste sobre tu piel.
Córtate las alas, cógeme los dedos,
lame el cuenco que se balancea entre mis ojos.
Cuéntale al ave, descríbele tu ira.
Muéstrale las imágenes rayadas, apuñaladas.
Córtate las manos, cómete mis letras,
lame mi cadáver. Así, lámelo.
Quiero contarle al ave.
Quiero contarle.
Contarte quiero, ave
que
quiero aprender tu idioma,
quiero ser la luz que nace de tu sombra.
quiero contarte que mis alas las enterró la noche.
Quiero
Ave
Contarte
lo que mis ojos gritaron,
contarte cómo se me cayeron los dientes,
cómo, quiero contarte, cómo perdí mis dedos.
Ave Quiero Contarte
cómo fue que mis restos rodaron y florecieron en el acantilado,
cómo mi voz peregrinó más allá del celaje,
cómo mis labios chuparon cadáveres.
Ave, quiero
Contarte, ave
cómo amanecí entre la cuneta, almohada de pesadilla,
cómo mi cuerpo se partió en cachos,
cómo mi voz se perdió entre excrementos y papel.
Ave
Quiero
Contarte sobre aquella vez que pedí un deseo
bajo el árbol que yace partido a la mitad
y que de pronto sus hojas me cubrieron
como una lluvia torrencial.
Quiero contarte, ave
cómo mis manos se desprendieron,
el torso se despojó de mí,
la lengua voló entre las estrellas
y mis pies se enterraron, se escondieron, se rieron de mí.
Ave
canto de mil estrellas
Ave
murmullo de tierra y ceniza
Ave
grito de piedra y hiel
Ave
Quiero contarte.
Ave
Contarte quiero.
Ave
Quiero decirte que las plumas son carmesíes
que mi cuerpo quedó adherido bajo la tierra,
que la tierra me acarició, cubrió mis heridas,
que las piedras me arroparon, acunaron mi sueño,
que las yerbas rodearon el contorno de la boca vacía,
que mi corazón rodó hacia el infinito cielo gris,
que las alas tienen color carmesí.
Ave, dile, dinos, dime
dónde me arrojaron.
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