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LA YA INSTALADA TERTULIA LITERARIA
Culturalcingo,
A.C.
Unión
Latinoamericana de Escritores
Continúan las tardes de lectura, la
última, llevada a cabo el pasado 7 de agosto en el Distrito Federal, fue, además de amena y
divertida como las anteriores, particularmente interesante por la
diversidad de textos y la presencia de Saúl Ibargoyen (todos se portaron
muy bien -mientras estuvo él presente, claro-), sobre la que algunos de los asistentes
nos enviaron sus comentarios y, por supuesto, José Antonio Durand nos preparó
una reseña, así que va esta larga hoja de crónica con poesía, cuentos,
fotos, acotaciones y alguno que otro exabrupto.
C. de la C.
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TEMPO
Para Ylia
El futuro
construye el presente
recordando.
Ignacio Martín
Edición de autor
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TERCERA
TERTULIA LITERARIA
José Antonio
Durand
En ese acogedor y espléndido ambiente
que se forma en la casa de Cristina de la Concha, cuando nos convoca a
leer nuestros textos en lo que ha dado en llamar “Tertulias Literarias”,
nos reunimos el pasado viernes 7 de agosto dieciséis escritores, a
saber: Esther Alvarado, Luis Ovidio Ríos, Félix Pacheco, Gustavo Ponce,
Jesús Ortega “Pterocles Arenarius”, Nicolás Fuentes, Jorge Quintanar,
Chelo Boom, Gloria Pérez, Ángeles Gaos a quien acompañaba su hermana,
Ignacio Martín, Jorge Santoyo, Saúl Ibargoyen, Mariluz Suárez, la
anfitriona Cristina de la Concha,
el buen amigo Salvador.y
su servidor, José Antonio Durand.
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Saúl Ibargoyen
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La reunión en casa de Cristina:
Si se hubiera tratado de una comida en lugar de lectura de poemas y cuentos, diría que fue una salsa deliciosa: pusimos en el molcajete sabores delicados, finas hierbas, buenos sazonadores y algunos ingredientes muy picantes.
Si se hubiera tratado de música, diría que esa tarde-noche cada quien cantó en su propio tono, cada cual ejecutó lo mejor que pudo su instrumento y el concierto que se oyó fue la mejor sinfonía del verano.
Se trató en realidad, de un reunión de escritores, de amigos, de poetas y fue tan cálido, tan emotivo, que nadie quería irse. La única manera de desprendernos del lugar fue debido a la amenaza de Cristina de arrojarnos por la ventana (estábamos en un tercer piso) y también porque prometimos repetir muy pronto la experiencia.
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Al igual que en las dos anteriores sesiones tertulianas, la intención no
era otra que la de intercambiar nuestros escritos. Someter al juicio de
la opinión ya el poema, ya el cuento… Leer ante un público compuesto de
narradores y poetas los textos escritos por cada uno de nosotros, y
recibir los comentarios de colegas identificados por el mismo gusto de
compartir el discurso literario.
Tuvimos el aporte erudito vertido
por Saúl Ibargoyen (quien posee en su haber más de setenta libros de
poesía publicados), que abundaba sobre los temas contenidos en nuestros
textos ilustrándonos respecto a caracteres diversos y tópicos
colaterales. La experiencia construida como profesor de la SOGEM durante
los no pocos años en los que ejerció la docencia, dotaron a Ibargoyen de
notables habilidades didácticas de las cuales nos convidó.
Foto: Félix Pacheco |
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Foto: Félix Pacheco
El cuento de Pterocles fue ingenioso y divertido.
Gustavo Ponce
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Mariluz Suárez |
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Esther Alvarado
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Un haikú de Gustavo Ponce:
Whitman fuma con
deleite su pipa con
hojas de hierba
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... y nosotros reíamos y reíamos al
escuchar los haikús de Gustavo Ponce quien, no obstante, con
todo estoicismo continuaba leyendo, a sabiendas de lo que podía
suceder (¡leyó casi todo el libro!). |
C. de la C. |
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Tomándose la foto
C. de la C. |
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(J.A. Durand continúa:)
Mariluz Suárez,
no obstante su cercanía con Saúl Ibargoyen, ha dado a su
literatura el sello propio de una dramaturga
consumada al través de una lírica madura y profesionalmente
desplegada.
Asimismo, fue notable la
propensión filosófica contenida en los escritos poéticos del
hispano-mexicano Ignacio Martín que se debatía entre la vena humorística
y la solemnidad de sus textos: breves, consistentes sin duda.
Tampoco podía faltar la ya común sátira que
inunda los “poequeños” de Felix Pacheco, o
la sintética producción de Gustavo Ponce en
su incursión por la cultura oriental al
presentarnos su reciente colección de haikus.
Al participar desde hace casi diez
años en el mismo taller literario del
IFAL,
las escritoras Chelo Boom, Gloria Pérez y Ángeles Gaos han desarrollado
ciertos ritornelos temáticos y estilos si no del todo parecidos sí
coincidentes, cada una conservando, no obstante, su propia identidad
narrativa.
Gloria Pérez
Caso semejante es el que reunió en
el afamado Taller de Poesía universitario de Juan Bañuelos a Nicolás
Fuentes, Jorge Quintanar, Gustavo Ponce, entre otros destacados vates.
Jorge Quintanar
No sé si debe decirse
que Jorge Quintanar, por ser Ingeniero Químico, constituye una suerte de
rareza como escritor, o bien decir que ha sido justamente su formación
de ingeniero lo que lo mueve a hacia las letras. Una vez más confirmó su
vocación por las alturas al dar lectura de textos inspirados en sus muy
frecuentes viajes de escalador de las montañas, su deporte predilecto.
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De Félix Pacheco:
Nudos
I
Es tupida esta idea de escribir
siendo sólo un pepenador de letras
Pero más es tupida mi ignorancia
al tratar de cruzar la madre selva
desafiando el lenguaje de los pájaros
ahora que a duras penas conozco mi alfabeto
II
Si, ríete sé muy bien
que ya pasó
el tiempo
de aventuras
y hay nieve
a punto de alud
escurriendo
en mi cabello
III
En esta tarde
que es tupida
de caricias inocuas
adornando
nuestra despedida
sólo en el estupido afán
de mantener
las apariencias
IV
el crepúsculo
se mantiene
entre luces
esperando
que las sombras
vistan de gala
el horizonte
V
Es tupido
de anáforas
mi lenguaje
intentando
querer
y querer
intentando
hacer poesía
VI
En fin
ya estoy en paz
despídeme
del poema
prometido
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De Mariluz Suárez Herrera:
DIÁLOGO
CIRCULAR
ÉL:
¿Quién
llamó?
ELLA: Llamó
una
señora.
ÉL: Señora o
señorita.
ELLA: ¿Señorita?
No creo,
me
pareció
de edad.
ÉL:
Edad, ¿como tu mamá?
ELLA: Mamá es grande, en comparación.
ÉL: En
comparación
¿con
quién?
ELLA: Quién
más
puede
ser ¡con
ella! La
que nos
molesta.
ÉL:
Nos
molesta,
porque
no hemos
puesto
un alto.
ELLA:
¿Alto?
Alto que
no
respetará.
EL: No
respetará
lo que
no le
exijamos.
ELLA:
Le
exijamos,
le
pidamos,
le
supliquemos.
ÉL: ¡Supliquemos!
¿de qué
hablas?
ELLA: Hablo de
nosotros,
de la
falta de
sentido,
de las
explicaciones
no
coherentes,
del
sufrimiento.
ÉL:
El
sufrimiento, ja, ja,
como
parte de
la
felicidad.
ELLA:
Felicidad,
que ni
siquiera
conoces,
te da
miedo.
ÉL:
Miedo,
es lo
que tú
crees,
yo no
tengo
miedo a
equivocarme,
ni a ser
libre.
ELLA: Libre
sí,
pero
¿para
vivir o
para
durar?
ÉL: Durar,
¡claro!
Siempre
y cuando
esté una
mujer de
por
medio,
con la
que
tenga
que
cargar,
hasta
que el
impulso
inicial
pierda
su
ímpetu.
ELLA:
Ímpetu
de
regresar
a lo
mismo, o
de
lanzarse
a lo
nuevo, o
de
quedarse
igual.
ÉL: Igual,
sí me da
exactamente
igual.
Me da
igual lo
que
pienses.
Por
cierto,
¿quién
llamó?
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Esther Alvarado, quien además de
ser poeta y cuentista es fotógrafa y compositora de canciones populares
(varias de ellas incorporadas en la programación habitual de importantes
estaciones de la radio mexicana), presentó, amén de una muestra de su
narrativa, poesía para niños: de voz sensible y ternura plástica.
Chelo Boom, Ángeles Gaos y su hermana. |
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Luis Ovidio Ríos, quien ha
desarrollado una poesía sumamente depurada la cual constituye la mejor
recomendación para inscribirse en el taller literario que imparte en la
colonia Roma, ofreció textos de reciente factura.
Jorge Santoyo, quizá el más joven
de la cofradía reunida en el escenario brindado por De la Concha, nos
remitió a la temática tradicional de la poesía, pero tratada de manera
original.
Jorge Santoyo
Seguramente que la mayor atención
se concentró en lo terrible (por utilizar un adjetivo suave) de la
temática de los textos de Jesús Ortega (quien,
por cierto, nada tiene que ver con el homónimo político perredista) a
quien mejor se le conoce en el ambiente literario como Pterocles
Arenarius. Y es que nunca estaremos del todo familiarizados con la
violencia tremendista que imprime a sus escritos. En opinión de varios
de los tertulianos, hoy día nadie supera a Ortega en sordidez,
obscenidad, procacidad raya en la vulgaridad de una literatura que
envuelve y cautiva por su fuerza y destreza estilística. Ahí mismo este
comentarista y otros tres invitados, compramos su último libro de
cuentos.
Cristina de la Concha, quien en la
Segunda Tertulia se develó como poeta de primera, nos regaló con varios
de sus textos perfilando un peculiar formato de lírica, asimismo,
presentó parte de su última producción cuentística.
Quien aquí relata, dio lectura, en
dos ocasiones (gula literaria, podría decirse), de un mismo relato:
mezcla de denuncia política en un contexto socioantropológico de extrema
pobreza.
La
siguiente Tertulia, la Cuarta, con una renovada pléyade de escritores,
se realizará el próximo mes de octubre del año en curso. Sólo esperamos
que Cristina disponga el escenario en el cual tendrá verificativo.
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El buen amigo Salvador quien obsequió a los lectores con unas ricas bebidas.
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Con la literatura como patria, la poesía como patria chica, en esta tertulia coincidí con paisanos ya conocidos como Cristina, Durand o Pterocles, pero también conocí a nuevas paisanas, de la poesía, del nacimiento y de la patria de adopción, como Ángeles Gaos y su hermana; salud por eso.
Ignacio Martín
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Mi enhorabuena a Cristina de la Concha por el éxito en la organización de la tertulias literaris y gran acierto, de haber invitado a Saúl Ibargoyen quien compartió con el grupo ahí reunido su poesía y buena vibra poética literaria, esperamos que dicha actividad se siga realizando
Félix
Pacheco
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Somos dos hielos
en un vaso de whisky;
dos rocas de un mar seco
que alguien bebió.
Nos derretimos juntos.
¿Quién retiene el vaso en la mano?
Quien nos da vueltas,
nos marea
como si nosotros
bebiéramos;
nos observa:
siempre hay un hielo
que sobrevive del otro
se alimenta de su frío
y apresura la
inevitable agonía
como si fuera ajena.
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De Jorge S. Luquín:
Poema para ser encontrado
¿Cómo romper el muro y penetrar tus secretos
sin que sea el alcohol la forma de tenerte
ni las putas las musas
ni la erudición el medio?
Sino sólo la vida, el cantar por cantar
los sueños y las ansias, la muerte y el misterio
y
que el sexo perfume sin que manche tus hojas
que el dolor te sublime sin volverse grillete
y
el amor te revuelque sin voltearle la espalda
Cómo embriagarse de ti, poesía
sin los mismos acordes
con pies de plomo, transmutado en oro
forjado en atanor de carne y pensamiento
de imagen y emoción.
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C. de la C.
(Foto: Félix Pacheco):
¿Terribles los textos de Pterocles? Sí, siempre la realidad es terrible,
las verdades son terribles y decirlas es terribilísimo y quisiéramos que
todo fuera color de rosa y la literatura sólo hablara del cielo azul y
las flores del campo y que lo íntimo recóndito del ser humano no se
emitiera nunca, como si al callarlo dejara de existir.
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MISERIA EN LA POBREZA
(fragmento)
de
José Antonio Durand
Bóngoro quiñá, quiñá
quiñá, quiñá
quiñá, quiñá
el
bóngoro
Ahí, donde el hacinamiento y
la promiscuidad se instalan en las riberas del canal
de aguas negras que atraviesa la ciudad perdida en
Barrancas de San Fernando, y que es sitio predilecto
no sólo para tirar en el desagüe perros y otros
animales muertos sino también cadáveres, quién sabe
de cuántos cristianos.
Ahí, donde las viviendas
se levantaron con láminas de cartón, piedras
amontonadas, madera y materiales de deshecho…
Ahí, frente a la pocilga
de su amada, está un hombre maltrecho, recientemente
golpeado y de suyo maltratado por la vida rogándole
a su otrora amante que regrese…
Vuelvo a ti Marina perra
Vuelvo a ti piruja hiena
Auuu auuu
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Pterocles
Arenarius
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Y todos leímos en la Tercera Tertulia Literaria con De la Concha. Hubo "de chile, de dulce y de manteca", el tiempo voló y en un abrir y cerrar de ojos había que despedirse con el agradable sabor de una reunión difícil de olvidar.
Mariluz Suárez Herrera, dramaturga.
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José Antonio Durand
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De
Esther Alvarado:
ALTIPLANO
A
San Luis Potosí y su desierto
Para
saber que vivo
besa
mi sed
a los
rugosos labios del desierto
beso
este breve abrevadero de nostalgias
beso
este páramo perenne de los sueños
Me
asilo entre las grietas huérfanas de agua
y me
abandono así al arenal de viento
Soy
primitiva roca en pedregal hirviente
soy
fósil del erial que me adormece
Aquí
hoy se conjuga el infinito
si miro hacia fuera en
esta calma
y
vierto hacia dentro la mirada
Soy
cactus y raíz
albergue en el exilio
de los ríos
pulso ungido de
arrítmicos compases
latido
en el torrente subterráneo
Soy
cómplice del ansia de los cardos
aliada incandescente
de la savia
se
hace verde la sangre
de mi
espinoso corazón abierto
Los
hombres y mujeres del desierto
hoy se beben el sol de
mediodía
para avivar el fuego
de su entraña
Mi
sombra
polvo seco
disuelto en el perfil de cada piedra
sombra
ceñida al cactus que se yergue
bajo
el crisol que arde en la pupila
a
veces se refugia entre mi piel cardada
entre
mi voz rasposa
el
yermo claustro de mi cuerpo
La
sombra muda en humedal remoto
suspira por el pozo ante la hoguera
como
halcón que se posa en el huizache
con la
luz retenida entre sus garras
Camino
donde afila su daga el horizonte
donde
el rostro se ensancha ante el paisaje
y se
evapora en día
en
gotas pequeñísimas de ocaso
Qué
rojo resplandor
cuando
en el cielo
arde
imprudente el corazón desnudo
incendia matorrales y mezquites
ante
el glóbulo bufo de mi sangre
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Brotaron en la tarde los cabuches
se
abren y se entregan sin reposo
pero
luego rendidos se adormecen
sobre
sábanas verdes de biznaga
El
áspero rumor de los nopales
modula
la cadencia de la tierra
concierto de las fábulas que cantan
porfías de gavilanes y serpientes
Comienza la barroca sinfonía
del
órgano monumental en el desierto
frente
al coro silente de las yucas
y el
filo abrasador de las espinas
Se
inclinan los magueyes cuando escuchan
el eco
entre las pencas
bajo
la rústica armonía del silencio
Y yo
me quedo aquí
besando el aire
el
arenoso cauce de los sueños
me
quedo donde hierve la memoria
donde
anida el crepúsculo
donde
el espejo inerte echa raíces
Me
quedo para siempre en esta llama
en
esta tierra de fuego fértil
incendiaria de utopías
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