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“Escribir: oficio, edición y venta” por Alejandro Ramírez

El sábado 23 en el Foro del Centro Cultural Ricardo Garibay Alejandro Ramírez nos habló de “Escribir: oficio, edición y venta”, tema muy interesante en estos tiempos en que parece que la computación nos soluciona todo para editar, ahora que en Tulancingo están surgiendo narradores y poetas con grandes inquietudes por publicar, Alejandro Ramírez  revisará en una amable charla los cuestionamientos sobre el oficio de escribir, qué representa, qué oportunidades nos puede presentar, los obstáculos que se deben enfrentar y cuáles son sus exigencias.

Alejandro Ramírez es editor, narrador y librero. Se desempeñó como Gerente de Producción del Fondo de Cultura Económica por más de una década, actualmente labora como Gerente de Compras en el grupo de Librerías Gandhi. Ha impartido cursos sobre Producción Editorial para diferentes instituciones y diferentes cátedras en las Maestrías de Ciencias de la Educación, de Docencia y de Administración en la Universidad del Valle de México y en la Universidad Fray Luca Paccioli. Estudió Ingeniería en Sistemas en la UNAM, la Maestría en Administración en la UVM y actualmente realiza los estudios de Doctorado en Ciencias en el IPN.

Entre sus publicaciones están artículos como El portafolio de productos editoriales, un caso de programación Lineal,  Nuevas tecnologías en la industria editorial y  El cambio de paradigma en el cálculo editorial en la era de la impresión digital y la globalización, éste en coautoría, además de sus libros de cuentos Color de noche, Tiempo de cuentos, Entre mitos y flautas, también ha publicado diferentes textos en El Búho, de Excelsior y en Los Universitarios, revista de la UNAM

Entrevista

−¿Qué es lo que te gusta de escribir, por qué esta inquietud?

−El gusto por escribir, en mi caso se deriva del gusto por leer, desde niño encontraba un extraordinario placer en leer historias, particularmente disfruté y disfruto las novelas y relatos de ciencia ficción. Me gusta escribir cuentos, me parece un desafío lograr contar una historia en unas pocas líneas, como dijo Cortázar, la novela vence al lector por puntos y el cuento por knock out, me fascina la contundencia del final del cuento.

¿Qué retos tuviste que enfrentar para sentarte a escribir?

-De manera quizás demasiado simplista diría que fueron dos, el primero la disciplina de ponerse a escribir, creo que hay momentos en que cualquier persona desearía escribir alguna historia que conoce o se le ocurrió pero falta la disciplina para hacerlo. Lo segundo es la autocrítica y la capacidad de aceptar la crítica externa. No es fácil para el ego el que le digan a uno que aquello que esa obra maestra que se creía haber escrito, pues no lo es tanto.

−¿Tuviste que tomar decisiones para plasmar tus ideas?

−Sí, desde luego, cuando se escribe uno decide qué decir y qué no decir y sobretodo cómo decirlo, creo que no hay más que ser congruente con lo que se piensa y dice.

−¿Por qué crees que el escritor quiere escribir?

−Isaac Asimov decía que él comenzó a escribir para contar las historias que no había leído, me parece que en muchos casos ésa es una buena razón.

−¿Qué opinas que hace la literatura en provincia, en la red, en el país,
si deja de escribir el escritor pasa algo?

−La naturaleza plural y heterogénea de nuestro país permite una enorme variedad en lo que se dice y en cómo se dice, creo que a todos nos enriquece esa multiplicidad de puntos de vista y la capacidad de acceder a ellos. Cuando se escribe no se sabe siquiera si será leído, es el escritor el primer afectado si se deja de escribir.

−¿Qué es la libertad de expresión para el escritor?

−Como decía antes, ser congruente con uno mismo, no dejar de escribir lo que se quiere y no escribir lo que no se quiere.

−Como librero, ¿cómo te sientes cuando ves la venta de libros frente a la
venta de nintendos?

−El editor y el librero debe entender que actualmente tiene que competir contra muy variados medios que ahora existen para adquirir información y para pasar el tiempo, la venta de juegos electrónicos no refleja más que la tecnificación de nuestra sociedad, creo que es nuestra responsabilidad estar a la altura de esa transformación social.

−Como editor, ¿cómo ves todas estas facilidades para editar que tenemos
ahora con la computadora?, ¿crees que es así de “fácil” como creen muchos?

−En esta época el uso de la computadora como herramienta en los procesos editoriales es análogo a cuando se usaba el linotipo el siglo pasado, pero la herramienta no sustituye al artesano, ahora tenemos cinceles neumáticos pero no tenemos otro Miguel Ángel, así que no tenemos otra Piedad. La computadora no sustituye el conocimiento ni el quehacer de un editor profesional.