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De la poesía del maestro
Estas son las mañanitas…
Cantaba… el Rey…
el Sol asoma con su crin dorada
a prenderle color a los minutos,
a darle minutos al color del día....
Entona la pupila sus filtros matutinos
junto al ala que se abre flor primera
sobre del continente que la contiene en vilo.
Hay un himno de luz entre los pétalos,
una aérea vibración, senos pulsados.
(Águila, tigre, corola, brisa, en sus quehaceres
matinales).
En el albado temblor de cada élitro
desciende el fósforo a los cifrados de la melodía
y canta,
tararea el abecedario del sonido,
horas de julio,
las de junio se quedaron a zambullirse en el Grijalva
(a chapalear en Chapala, a chapotear en Champotón, a
chahualear en Chahualite).
Una canción se mece
en la hamaca de los resplandores,
vuelve la madre llama al idioma del renacimiento
y luego avanza hacia Vivaldi, eco de planeta
reverberado,
ya los páaajarillos cantan,
la luna…
DIURNAL
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