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Roberto López Moreno:
SOBRE
NICANOR PARRA
Nicanor Parra era un niño perverso de más
de 100 años de edad, niño sabio todo él. Hace algunos
años le otorgaron el Premio Cervantes, el mayor
reconocimiento a los escritores que utilizan el español
como arma que puede dar un beso o al revés, como verso
que puede matar de un solo envión, frío y preciso.
Festejé en la suprema curva del asentimiento la
tal distinción, la festejé y la aplaudí.
Tengo que decir que si ese premio se lo hubieran dado
años atrás me hubiera sentido indignado, ¿por qué?,
porque por esos tiempos no estaba para comprender al
antipoeta, y porque el niño perverso de más de cien
años, se ha burlado y ha lastimado con sus versos cosas
que amo.
¿Burlado dije? ¿Lastimado dije? Ah, pues
que tal asunto no goce la impunicia, no la goza, y
entonces, el peor castigo para el ultrajante es el que
se convierta en admiración lo que él ha fabricado para
enojo, tintineando arteramente las campanitas malvadas
del ultraje, manipulando a cara abierta “el artefacto”.
Los tiempos pasan, cambian, y la idea
acerca de las cosas también. Creo que más para bien que
para mal, ha dejado uno de ser aquel solemne frente al
que Parra se pitorrea a punto de pito y arrea. La arrea
(desalojo inmoderado del adentro) para mancillar y el
pito para anunciar la consumación del mancillio
Ha muerto Nicanor Parra y ahora queda
vacío el espacio necesario para pelearnos con el espejo.
Pero qué vacío tan grande, tan pesado para el alma
agazapada aguardando las amenazas del reloj,
atormentándose por lo que quiere y lo que no quiere… y
todo eso vale si es veraz… Entonces, cuán solos
respiramos rebotando en los vértices del
pentakismyriohexquisquilioletracosiohexacontapentagonalis,
ábrara del punto y coma.
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Poeta, periodista y maestro chiapaneco....
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