| Más de | ||
| Gloria Valencia | ||
Zazacuala, importante zona arqueológica hidalguense
¿Conoces la zona arqueológica de Zazacuala?
SOMOS ARRIEROS Y EN EL CAMINO ANDAMOS
Por Gloria Valencia Vargas
Un integrante de una Familia Tulancinguense nos cuenta con orgullo que sus antepasados poseían recuas de mulas y llevaban diversas mercancías de Tulancingo a la Sierra, y de la Sierra a Tulancingo, así como contrataban a campesinos y agricultores para este trabajo.
En el libro de Don Manuel Rivera Cambas, MÉXICO PINTORESCO, ARTÍSTICO Y MONUMENTAL (1883, pág. 211), describe bellamente la vida de los arrieros.
"Los Arrieros llegaron a formar una clase numerosa, entregada a trabajos duros y constantes, sufriendo mil privaciones, expuestos a los rigores de la estación y gozando de una retribución muy corta.
Todavía hoy mantienen el tráfico de las haciendas y pueblos cortos con las ciudades populosas conduciendo los productos naturales en cambio de los fabriles y extranjeros. Entre los puntos distantes de la vías férreas, son los únicos que pueden transportar efectos aunque con lentitud extraordinaria; se les encuentra aún en las serranías más quebradas y atraviesan las llanuras, formando veredas y huellas caprichosas que después vienen a ser la mejor guía del viajero. El tipo nacional del arriero apenas se conoce en las poblaciones cercanas a la capital de la República pero aún se les encuentra en el norte del Estado de Hidalgo y en zonas más lejanas...
Se ponen en marcha antes de que amanezca, llegan temprano a las ventas que tienen nuestros caminos, allí desaparejan, curan las mulas enfermas y ellos mismos elaboran sus tortillas, sazonan la comida y siempre manifiestan alegría y buen humor...
En marcha van cantando con destemplada voz canciones de la poesía popular.
El arriero llega a amar tanto la vida errante que no se aviene a las costumbres de las ciudades y los pueblos, conoce la topografía de la República y sabe que poblaciones tienen hombres industriales o trabajadores, conoce a fondo el precio de las pasturas, los efectos a propósito para el comercio entre los puntos que transita y siente profundo disgusto contra los empleados de las alcabalas; animados de sinceridad y buena fe todas las mercancías están con ellos seguras... el arriero no puede vivir fuera de su oficio siente profunda aversión por la milicia, tan opuesta a su independencia... conoce todas las veredas, los caminos extraviados y los senderos por donde no anda el resguardo."
Cuántas historias se escribieron acerca de estos hombres, que fueron nuestros abuelos o bisabuelos, y tantas cosas por las que debemos estar agradecidos a ellos, ya que fincaron en parte el bienestar que muchos gozamos.
Sus comentarios serán bien recibidos y tomados en cuenta si los envía a: lolvalart@hotmail.com