EL
HOSPITAL DE AYER
Por Gloria Valencia Vargas
En
tiempos de Covid-19 es inevitable recordar los antiguos hospitales de Tulancingo
y nos preguntamos ¿dónde se encontraban estos?
En
la época de los 50 del siglo pasado el Hospital Doctor Luis Ponce situado en la
calle de Bravo, ahora Lázaro Cárdenas, era el hospital principal de la ciudad y
la región. En cuanto a otro hospital, el de la Cruz Roja tenemos los siguientes
datos:
“En 1946 el presidente se enteró que la casa localizada en la calle Primero de
Mayo (anteriormente calle Iturbide después Porfirio Díaz) esquina Luis M. Ponce
se encontraba intervenida por la Secretaría de Hacienda y después de enviar
infinidad de oficios, viajes, trámites y esfuerzos ante las dependencias
correspondientes, por fin el 31 de Julio de 1946, el Dr. Alejandre recibió la
vieja casona que con el tiempo llegaría a ser el domicilio de la Cruz Roja en
esta ciudad.” COMPENDIO COMANDANTE ANGEL CARCIA GOMEZ, 2013.
Existían también consultorios y sanatorios particulares como el Sanatorio
Saucedo y el Sanatorio Valencia, el primero ocupó hasta hace poco uno de los más
sólidos y antiguos edificios de la ciudad y que actualmente persiste en la
Avenida Juárez, y el segundo ocupaba una vieja casa de Juárez de la que una
buena parte se vino abajo en 1958.
¿Pero dónde se ubicaba el hospital más antiguo de Tulancingo?
“El Conde del Valle de Orizaba antecesor a este, principió aquí una casa grande
de piedra y junto a esta una capilla y un hospital, y aseguran que es cláusula
del testamento de herencia que haya de proseguirse precisamente esta obra…”
Introducción al Padrón, 1792 AGN.
Tiempo después el hospital se muda a otro espacio, y en el libro escrito en 1939
por José Lorenzo Cossío y Soto, Tulancingo, Esbozo Histórico describe
datos muy importantes sobre los hospitales de la ciudad.
“En documentos antiguos, he visto que en la época colonial había un hospital,
pero no sé en dónde estaría, ni cuando desapareció. En la guerra de Tres Años
era jefe de la plaza, entonces el general don Ignacio Gutiérrez, y estableció un
hospital de sangre en la casa en que hace poco (1939) estuvo la fábrica de
hilados Los Ángeles, casa entonces propiedad de mi abuela doña Manuela
Murguiondo de Soto.
“En la época del Imperio el hospital estaba en completo abandono, se nombra
director al médico militar don Agustín Reyes, quien ayudado por personas
caritativas cambió los bancos de madera por catres de fierro y adquirió por
donación toda la ropa necesaria. Como enfermeras ayudaron Ad honorem algunas
personas y entre ellas muy especialmente la señorita Prisca Pérez y Soto que
había sido novicia con las hermanas de la caridad y a quien Maximiliano
recompenso con la Cruz de San Carlos.
“Al triunfo de la República en 1867 se trasladó el hospital a donde está todavía
hoy (1939). El hospital ha estado y está a cargo del Municipio.
“Terminada la Revolución el hospital pasó a una casa de la calle de San José,
hoy segunda de Manuel Fernando Soto, y en aquella época propiedad de la Iglesia
y después desamortizada por don Inocencio Méndez.
“No terminaré esta nota, sin consagrar un recuerdo de gratitud al doctor don
Luis Ponce, que tanto hizo en beneficio del hospital del que fué director desde
1867 hasta 1875 en que murió.”
¡Cuánto respeto se les tenía a los médicos! sin embargo, con el tiempo, en este
siglo XXI, muchos han perdido el respeto y lo han sustituido por la ignorancia,
es terrible saber de agresiones a los galenos y las enfermeras a quienes debemos
valorar y agradecer por su noble tarea.
Hasta la próxima.
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