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| Gloria Valencia | ||
Zazacuala, importante zona arqueológica hidalguense
¿Conoces la zona arqueológica de Zazacuala?
El
Ritual del Maíz
Por Gloria Valencia Vargas
¡Ya nos cayó el “chauhiztle” a los mexicanos! Con la carestía de productos como la masa y la tortilla, ¿qué maldición nos persigue en este país con gobiernos a los que solamente les importa entregar nuestros recursos al extranjero conduciéndonos peligrosamente a la dependencia alimenticia de EUA?
Antes de la llegada de los españoles aparecieron en esta tierra señales y presagios de la desgracia que caería sobre nosotros.
“La sexta señal, o pronóstico, fue que se oyó de noche en el aire una voz de una mujer que decía: ¡Oh hijos míos, ya nos perdimos!; algunas veces decía: ¡Oh hijos míos a dónde os llevaré!”
CANTO A CHICOME –CÓATL
Siete – Mazorcas, ya levántate,
¡despierta...! ¡Ah, es nuestra madre!
Tú nos dejarás huérfanos:
Tú te vas ya a tu casa el Tlalocan...
Aparecen en la prensa, se escuchan en la radio frases como éstas: “No es para tanto...; esto no es ninguna tragedia... ya pasará la psicosis...” analistas y políticos se lucen con estas declaraciones, tal vez porque ellos ganan de menos $80,000.00 pesos mensuales, y lo que coman los pobres les importa un bledo.
Los pueblos prehispánicos realizaban diversos ritos y ceremonias para que los alimentos no llegaran a faltar.
“Al cuarto mes llamaban ueytozoztli. En este mes hacían fiesta al dios de las mieses llamado Cintéotl y a la diosa de los mantenimientos llamada Chicomecóatl.
En esta fiesta llevaban las mazorcas del maíz que tenían guardadas para semillas, al Cu de Chicomecóatl y de Cintéotl, para que allí se hiciesen benditas; llevaban mazorcas unas muchachas vírgenes a cuestas, envueltas en mantas no más de siete mazorcas cada una; echaban sobre las mazorcas gotas de aceite de ulli y envolvíanlas en papeles”.
“Después que habían llevando al Cu las mazorcas de maíz volvíanlas a sus casas, echándolas en el hondón de la troje, decían que era el corazón de la troje, y en el tiempo de sembrador, sacábanlas para sembrar; el maíz de ellas servía para semilla.”
Hoy, el maíz es primordial en la vida y dieta del mexicano, así lo advertía Alejandro de Humboldt hace 200 años.
“Aunque en México se cultiva una gran cantidad de trigo, el maíz debe considerarse como el alimento principal del pueblo, como también lo es de la mayor parte de los animales domésticos. El precio de este género modifica el de todos los demás, y es por decirlo así el regulador natural. Cuando la cosecha es mala sea por falta de agua, sea por hielos tempranos, la carestía es general y tiene funestísimos efectos. Las gallinas, los pavos y aún el ganado mayor se resienten de ella. Un caminante que atraviesa a una provincia donde el maíz se ha helado, no encuentra huevos ni aves, ni pan de arepa ni harina para hacer atolli...
El precio del maíz varía desde medio peso hasta cinco la fanega...
En un país donde no hay almacenes y los naturales no viven más que para salir del día, el pueblo sufre inmensamente cuando el maíz se mantiene durante mucho tiempo a dos pesos la fanega...”
Organizaciones sindicales, campesinas y sociales así como diversos partidos políticos, demandaron al gobierno un nuevo pacto social. Mediante un documento denominado “La Declaración del Zócalo” hacen un llamado a todas las organizaciones del país para hacer del campo la prioridad, revertir la destrucción de pequeños y medianos productores, renegociar el capítulo agropecuario del TLCAN. Los presentes coreaban consignas como la de “sin maíz no hay país”.
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