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UN
VOLCÁN LLAMADO NAPATECO
Por Gloria Valencia Vargas
Como
si no tuviéramos suficientes de calamidades con el Covid-19, el calor que en
algunos lugares ha alcanzado los 45 grados, la sequía azota a buena parte de
municipios del estado, esta semana se añade otra más: la de los incendios
forestales.
Este
lunes 13 de marzo, a las 5 a.m. manos, criminales prendieron fuego en dos
lugares en la cima del simbólico cerro del Napateco. Este gran incendio provocó
un grave daño al medio ambiente y a la biodiversidad, poniendo en riesgo la
integridad de los bomberos y de integrantes de la CONAFOR, del estado,
brigadistas de diferentes municipios del área metropolitana y a la población que
vive en las zonas aledañas; esta quema ha cobrado la vida del bombero Víctor
Hugo Hernández que realizaba labores de inspección y cayó a un barranco.
Desde la mañana el cielo azul se tornó grisáceo, el entorno era desolador, el
humo cubrió la región y originó molestias a la salud de los habitantes según
cambiaban los vientos. El fuerte calor y la surada hicieron más difícil la labor
de los cuerpos de auxilio.
Como
ya lo hemos referido en otra ocasión, Napateco es para el Valle de Tulancingo un
emblema junto con el cerro de las Navajas, el Yolo y el Cerro Viejo, que se
yerguen alrededor del valle como guardianes, como vigías y que desde cualquier
punto por donde llegues se pueden observar.
“El
Napateco es, en la actualidad, el macizo montañoso más importante de la
geografía de Tulancingo que ostenta la categoría de cerro sagrado y santuario de
curanderos y chamanes, que exhiben varios nahuales siempre en pares de águilas o
de jaguares que simbolizan los dos complejos principales de dioses que reconocen
los otomíes: los del fuego y los del agua; ambivalencia funcional entre el bien
y el mal ligado, desde los tiempos inmemorables, al culto solar y lunar. Padre
Viejo es el sol, la estación seca y el maíz, Madre Vieja es la tierra, la
fertilidad, la estación húmeda, es la luna.
“El
Napateco, la montaña sagrada ha sido siempre el altépetl de los habitantes del
rumbo del este de la cuenca hidrológica, manteniendo hasta la actualidad una
estrecha relación entre la población que conforman sus pueblos y el paisaje
cultural…” Angélica Oviedo Herrerías, Ruta, 2014.
Hace
más de diez años, denunciamos estas acciones tan riesgosas y destructivas como
son los incendios forestales, ante las autoridades competentes pidiendo castigo
ejemplar para los culpables, la respuesta fue nula, es más, se levantaron voces
argumentando que el castigo no sería la solución sino la educación, justificando
como siempre a los pirómanos, hoy vemos los resultados. En los últimos años se
realizaron campañas con el fin de concientizar a los campesinos a realizar las
quemas de manera adecuada y a los excursionistas para apagar totalmente las
fogatas, sin embargo, fueron tibias y no causaron efecto en la población.
Los
motivos de los incendios forestales son varios, según los lugareños: -
“Desde los campesinos que preparan y limpian el terreno; los pastores que queman
los pastizales con el fin de que salgan los renuevos para dar de comer a las
ovejas; la pirotecnia; la venta de carbón; cambio de uso del suelo; intereses
inmobiliarios; fogatas, colillas de cigarros encendidas tiradas a un lado de la
carretera; incendios provocados por pirómanos en forma intencional, etc”.
La
falta de respeto a la naturaleza ha sido mundial y se ha acrecentado en los
últimos año, recordemos los dos grandes incendios que se multiplicaron en
Australia y en la Amazonia, ¡cuánto daño ocasionaron! al medio ambiente,
millones de animales y especies vegetales sucumbieron, los efectos del cambio
climático se han dejado sentir sobre todo con esta grave sequía, que está
afectando a muchos países entre estos a México.
El asunto no es menor, se tiene que dar solución a este grave problema.
Hasta la próxima.
Sus comentarios serán bien recibidos y
tomados en cuenta si los envía a:
lolvalart@hotmail.com.
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