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María Elena Solórzano |
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FRAGMENTOS, TOMADOS DEL LIBRO
GRUTA DE ESPEJOS |
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XI
El centauro trota en la orilla del mar,
su cabellera brama con el viento,
refulge su pelambre,
sus cascos se manchan de azul.
Bebo esencia de caléndula,
prende el fuego en mis entrañas.
Mis pupilas lo acosan,
me requiere,
al galope nos perdemos
en la gruta del acantilado
donde humean los siglos
y salpica licores el verano.
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XV
Si me convirtiera en Luna
la noche rastrearía tu silueta.
Me posaría en tu frente
si tu mirada fuera llama.
Cegaría tus ojos con blancura.
En el lago te ungiría.
La espiga de mi vientre
tendría por fin tu palpitar
entre tus piernas. |
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XIX
Cuándo vendrá
a mi gruta de espejos
el centauro.
Cuándo yacerá sobre mis muslos
y cuándo vendrá a ofrendarme
la savia de sus brevas. |
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XX
Daga de luz
separa los breñales.
Me brinda su esencia luminosa.
En medio de mi vientre duerme
con los párpados sedientos
y al ritmo de mi pulso.
danza el germen transparente.
El centauro penetra como un ángel
en la gruta y las hogueras.
Surca efervescencias,
arrastra con unción la arena. |
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