7.Julio.22
Del poeta costarricense
Carlos
Villalobos
Desánimo del padre
Yo creía que la
tristeza era el gesto natural de todo padre.
No sabía
entonces que también los ríos mienten
y que es vieja
la costumbre de hundir el rostro debajo de sus aguas.
Pero este padre
lo supe luego
malvendía la
nostalgia en las cantinas.
Cuando por fin
llegaba a casa
era un cuerpo
de reptil sin fuerzas.
No era el
mismo.
Vomitaba
demonios a la orilla de la culpa
Por la nariz
en
forma de brasas derretidas
le chorreaba el
miedo.
Mi madre
del susto
le pedía a la
Virgen del Carmen que hiciera sol para calmarlo.
Los perros
del susto
corrían a abrir
la noche para volverse ciegos.
Al otro día
un caldo de gallina le curaba las ganas del suicidio
y entonces
juraba que no iría nunca más a morder el agua del desánimo
me
lo juraba con los dedos en cruz sobre la boca
me
lo juraba por el sagrado corazón de Jesús en el calvario
pero los ríos son débiles
y
les mienten a los niños
como un padre cuando
tiene sed
y
nada lo detiene.