XXII
Olas adentro
otra vez te confundes con el viento
en la sombra del día.
Cuánta agua
debió lavar el corazón
para dejar pulida su silueta
como el canto del río.
Despoblada piedra del recuerdo.
El mañana es ahora
habitando la zona de peligro
pero ya no me escuchas,
otro fuego te ciega
mientras el mar se apodera de tu feudo.
XXIII
La lluvia es algo que sin duda
sucede en el pasado.
Jorge Luis Borges
Llueve y el cielo hunde enlos hombros
su canción de agua.
Desborda la memoria
la sombra feliz de tu cabello.
Viaja su ruido del ojo al corazón
por suaves hilos de aire
que lo encienden.
De este lado del mundo,
desoyendo mi perfil callado
sigue la tormenta
en la rigidez de lo perdido
deshabitando voces.
Ha crecido la luz
en duelo por la vieja estación
y cierta está cayendo tu voz entre las cosas.
Pero sigues lloviéndome. Vigilando el abismo.
XXIV
Es verano y afuera
hay un temblor violeta entre los árboles
y treinta caballos de milagros
sacudiendo las piedras
de la siesta.
La mariposa
desova en los hilos de la luz
el secreto que ampara el perpetuo
misterio de la rosa.
Día
para quedarse
respirando
la canción que tu boca recorría
en la estación perdida
del espejo.
Como un verde
adiós en la ventana.