La mayoría de los poemas de “En una suerte de poemas” se
publicaron en Tulancingo cultural entre enero de 2017 y
el pasado mes de septiembre, donde aparecen en el orden
en que los fui escribiendo, con excepción de uno
publicado anteriormente. Para esta edición, los
reacomodé en un orden secuencial e incluí otros
inéditos.
Para quienes ya los leyeron, releerlos eliminando ya la
periodicidad y los anuncios y otros encabezados que
acompañan las portadas de la revista, artículos, poemas
y cuentos de otros autores, esta edición nos permite
ahora contemplarlos como un todo, en un espacio –el
libro en papel– en que los dedos tardan menos en dar
vuelta a la página que los clics en hacer continuar la
lectura, en un espacio donde la página siguiente es
ineludible. El hecho de estar reunidos en un manojo les
da una lectura distinta, ya forman parte de un contexto
que no divide ni alarga, sin pausas, que nos lleva
inexorablemente a verlos como un todo, sin
interferencias ni cortapisas nos conduce a mantenernos
en el entorno y asir la idea global.
Un texto electrónico es en sí mismo una ventana e
implica que habría otra ventana por donde se puede
escurrir el contexto y esto impide percibirlo como un
todo, porque la ventana está ahí y no podemos dejar de
saber su concepto: la posibilidad inevitable de que por
allí pasen o entren o salgan otras cosas además del
contenido del texto electrónico que estamos leyendo.
Los hipervínculos que son una fascinación, con el
subrayado que se usaba frecuentemente hasta hace unos
años -para mí era como alfombra mágica que nos lleva a
una multiplicidad de páginas, portales, temas, ideas-,
con sus clics se convierten en distractores que irrumpen
en el concepto del “todo” de un libro y lo desaparecen.
El libro es como una caja que guarda matices, aspectos,
connotaciones que se pierden o que simplemente no se
tienen en una publicación periódica y mucho menos en
internet que con sus hipervínculos nos puede sacar del
tema en un instante, lo sabemos, aunque no le demos
clic, sabemos que su cualidad intrínseca nos puede
lanzar a otro punto muy distante, esto provoca que una
parte de nuestra conciencia esté en alerta, que nuestra
concentración no sea completa, siempre sabiendo que se
puede abrir un resquicio por donde el “todo” se escape.
Y a la vez, este conjunto de poemas es para leerse
individualmente y observar los guiños gráficos
contenidos a lo largo del libro, guiños con su
significado que sólo se pueden ver y no escuchar, no
querría decir que son poemas visuales porque no cumplen
con la noción cabal de poesía visual pero lo son al
verlos como un todo, no se sorprendan de la tipografía
de los títulos de los poemas pues forma parte del poema
y la manera de apreciarlos es contemplándolo así: el
libro como un todo.