Tres poemas de Hernán Jaeggi
De su libro El mar en el poema
LA MAE
Ella cierra los ojos y canta.
Su voz es el pez con el que sueñan
los pescadores
,
la perla más pura que imaginaron
los buscadores de tesoros.
Su voz es una canoa que navega
desligada del tiempo,
es el anzuela que saca de las
profundidades
un dolor negro.
Es un pedazo de madera que tiene
grabadas las hazañas
de los cazadores de leones.
Su voz tiene dientes que muerden
los terrones de azúcar de la caña.
Una ola que deja en la plazya
las diminutas señales
de los dioses oscuros.
Esa voz sella los sobresaltos
de las hondas heridas
de pérdidas y desapariciones.
Esa voz asciende al cielo de agua
y enciende el estrellerío,
recobra la memoira sumergida
de los mares,
el corazón ileso.
MAR
NUESTRO
Esta obsesión,
esta enorme insistencia
el mar.
Yo frente al mar,
el mar alrededor.
En los mares del cielo
y de la tierra,
el mar.
Esta sombra, este altar,
este aire,
el mar.
Los destellos del amor
en el mar.
Obstinado en flotar,
el mar.
Este poema que se entrega
y escapa,
el mar.
ANUNCIACIÓN
DEL POEMA
La luz marinera fumaba
echando el humo por los ojos
y como era la hora de la creación
todas las palabras hacían sonar sus
cornetas
clamando por un buen poema.
Sólo uno para salvar el día,
el tiempo perdido,
la vida entera.