De Marconio Vázquez
LA DISCIPLINA DEL MAR
Desde su amor, el mar busca el cantil
una vez y otra vez la ola insiste.
La sal es el ingenio que le asiste,
el viento, fiel amigo, albañil.
El mar con su cincel y su jadeo
no descansa, no cede o desanima.
Desvía la marea, inventa un clima
pero nunca renuncia a su deseo.
Disciplinado amante del proceso,
océano escultor, perenne euforia.
No buscas ni el aplauso ni la gloria,
sólo amar a la costa, fiel exceso.
Antes que tú se muere la memoria,
desfallece el futuro, el progreso,
se fastidia la luz de nuestra historia,
pero no la constancia de tu beso.
©marconio
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