17 de diciembre de 2017

De la poesía de Nelson Specchia

El metrónomo de Shostakóvich

And art made tongue-tied by authority.

Shakespeare

Un desolado graznido de urraca.

Una pausa del tamaño de la nieve.

Un tren que llega a la estación de Finlandia.

Un hombre que baja del tren de Finlandia.

Un pañuelo rojo entre pañuelos rojos.

Un acorde que suena como un graznido.

Un piano en una película muda.

Un plato de caldo de repollo.

Una sinfonía en una glorieta de verano.

Una marca de fortissimo en las partituras.

Una pausa del tamaño de timbales.

Una lectura de Shakespeare y de Gógol.

Una mujer rusa: Lady Macbeth de Mtsensk.

Un dictador con palco en el Bolshoi.

Un interrogatorio en la policía secreta.

Un soneto: “y que la autoridad censure el arte”.

Un silencio del tamaño de la estepa.

Una, dos, setenta, trescientas noches.

Una pregunta en hojas pentagramadas.

Una, ocho, quince sinfonías.

Un acuerdo: no habrá más ópera.

Una firma en la ignominia.

Una dacha y un coche con chofer.

Un carnet del partido comunista.

Una cena con Kruschev.

Uno, dos, tres, seis conciertos.

Una vergüenza como timbales en la estepa.

Uno, dos, quince cuartetos.

Una marca en las partituras: murendo.

Un silencio sordo, sin ritmo ni medida.