20.Dic.2024
CANTAR DE EROS
Nunca, el virtuoso corazón de Cronos,
tan preciso fue, para encender, de amor,
la coordenada de Venus, la flecha
de Cupido,, de Eros, la sed del fuego.
Nunca, el fuego fue tan vivo en la brasa,
ni en los pétalos de menta, en la voz
del colibrí que multiplica su aleteo,
tierra adentro, surcando las montañas
de la carne derramada en el beso.
Nunca el beso fue tan fértil, cual la urbe,
feliz en los balcones de tu rostro.
Nunca, jamás, la aurora ni el crepúsculo,
orfebre había, de azahares aves,
nupcial canto, fulgor de plenilunio.
Jamás, nunca, el almíbar fue tan lúpulo
en los ojos, como, cuando, en fuga,
el polvo de los pasos, apagó,
en los labios, el fuego de tu carne.
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