La poeta
Bella Clara Ventura:
HIDALGO DE MI ALMA
2a Parte
... la bienvenida al equinoccio...
Teníamos cita en la plaza a las 5pm para dar un recital
a sus habitantes. Llegué colmada de un sentimiento
espiritual donde refugié un sentido profundo de volver a
la dignidad cuando se funde en la ajena. Y fue una
experiencia única que me predispuso a pasar una semana
de ensueño como fue el caso, ya en contacto con los
indígenas, mis otros hermanos, frente a la pirámide en
Huapalcalco para recibir en ceremonia de rituales la
primavera con danzas, oraciones y ofrendas. Copioso
festejo de texturas, movimientos y sentimientos. El ojo
acusó el impacto del color, el sabor y sobre todo el
celo con que otras civilizaciones aman y respetan la
Naturaleza.
Al darle la bienvenida al nuevo equinoccio, algunos
compañeros tuvieron la oportunidad de compartir sus
textos y dejar en el aire de grutas y rocas tan ancianas
como el mundo, el mensaje de paz y amor, origen de la
palabra del encuentro. Recibimos de manos de los sabios,
el bastón de mando para traer a la tierra de cada uno la
responsabilidad de hacer algo por nuestra patria,
compromiso que se adquirió en una ceremonia frente al
sol y la divinidad del Universo, bajo la promesa de
llevar el Bien en todo acto. Para mí, la traída del
bastón a Bogotá se vistió de anécdota, ya que sólo por
la insistencia de su valor sagrado convencí a los
agentes de seguridad que aún con dimensiones no
permitidas para el abordaje, era importante traer a
Colombia el elemento de mando, que aún guardo y guardaré
con el cuidado y la atención con que me fue acordado.
Hicimos círculos de luz para mostrar el verdadero
Humanismo que debe ser canto diario hacia el semejante,
pasando por el filtro de la buena conciencia de cada
uno.
Luego en el Claustro de Tulancingo tuvimos la ocasión de
escuchar la voz poética y literaria de todos los
compañeros, más de 50…. Esos « sin cuenta » que en
dimensión arman un ejército de palabras llenas de armas
amorosas donde cada sílaba arroja su aporte. Otro
ámbito sagrado recibió la fuerza de la metáfora, dejando
piedras y monumento con la delicia del verso rodando por
las cuatro esquinas de la catedral.
Cada país hizo presencia bajo la figura de su escritor
en escuelas para fomentar la lectura y enseñar al
estudiantado talleres de poesía además de mostrar un
sistema de vida al resaltar el concepto que el escritor
o narrador están vivos y atentos a los procesos que
circulan por el mundo, como faros de alarma para
denunciar aquello que toma rutas adversas o chuecas. La
receptividad de las visitas a los planteles resultó
gigante ya que es forma viva de llegar al corazón del
alumno. María Cristina de la Concha tiene como misión
acercar la labor del poeta, novelista, cuentista o
ensayista al pecho curioso y ávido de aquellas
« semillas » tiernas que son los alumnos, quienes hacen
su andar como esponjas al recibir información.
Importante dejarles plantado en el alma los conceptos de
Humanismo, Paz, Tolerancia, Respeto y Amor. Sentimientos
y pensamientos que harán del planeta un vividero mejor,
más acorde al cambio de conciencia que se avecina en el
ser humano frente a su responsabilidad ante su morada
terrenal y su propio cuerpo físico, como respuesta al
idilio de cuerpo y alma o del hombre con la Naturaleza.
El valle del Mezquital fue nuestra última parada.
Anfitriones fueron el Teatro Cuauhtémoc y la Casa de la
Cultura de Ixmiquilpan, además de colegios y
universidades con los mismos propósitos de ampliar la
sensibilidad tanto artística como humana en cada
individuo en su haber dispuesto a recibir otro tipo de
enseñanzas más humanísticas, como las ofrecidas por los
integrantes que hicieron labor de difundir el arte de la
literatura en todos sus aspectos y acercamientos.
Progreso, Mixquiahuala, Actopan, Ajacuba y El Santuario
generosas localidades que se hicieron al aplauso frente
a los escritores, quienes ya con la cancha del oficio y
el sentido de multiplicar ya no los panes sino los
conceptos, llegaron a las aulas o los auditorios con las
frases en alto y el amor expuesto bajo el embrujo de
cada palabra.
En Santiago de Anaya en las Grutas de Xoxafí, los
cientos de alumnos de una escuela, escucharon
atentamente el eco de la piedra y el tono de cada
extranjero con el dejo de cada país, otra vez llenos de
oraciones de amor al prójimo dicho con el talento de
cada uno y la versatilidad que ofrece el arte de la
escritura. Resultó velada mágica con velas encendidas y
el vestuario de las niñas urdido de bordados y colores
para mostrar la riqueza de la cultura de la zona. Todo
invitó a la fantasía del atisbo y el recogimiento en una
cueva que permite volver hacia nosotros mismos. Como si
fuera la matriz donde el ser se prende del calor y del
amor necesarios para vivir.
El jueves 24 de Marzo la Universidad Tecnológica Tula –
Tepeji despidió la última presentación de los escritores
en un escenario que invitó al clamor del cierre, unido a
la voz en un castellano universal que habló de la
imaginación como salvación del mundo puesto a la merced
del arte en cualquiera de sus formas de expresión y aún
más cuando hace uso de la palabra que lo diferencia del
animal.
Los vestigios toltecas de la zona arqueológica de Tula
con la presencia de los Atlantes fueron escenarios de la
clausura ya para despedir a Hidalgo y volver con la
nostalgia propia de quien deja y toma algo de vida para
sus días futuros, bajo la impresión de haber
experimentado momentos de amoroso sortilegio, donde cada
participante obtuvo de la estadía en Hidalgo su mejor
parte: la esencia de un estado rico en cultura y en
apertura hacia los demás al imprimir una visión más
amplia y justa en sociedades por venir.
El retorno se hizo con nostalgia. Dolía separarse de
tantas personas maravillosas como Ana, Maruca, Franco,
Luis, Marisol, Cely, Eliane, Gloria, Peri y tantos otros
nombres que llenan el recuerdo de néctar.
Ya en casa con mi madre ciega por motivos de un coágulo
en su único ojo bueno, puedo contarle las maravillas de
mi permanencia en su terruño de nacimiento para hacerla
partícipe de un periplo literario que me deja agradecida
con la existencia y con todos aquellos que hicieron
posible esta luna de miel con Hidalgo.
Un aplauso cerrado le brindo a María Cristina de la
Concha y a Jorge Antonio García por haber pintado en el
corazón de cada escritor la hermosura y generosidad de
su propio estado: Hidalgo y dibujar a ese México lindo y
querido que se reconoce en cada rincón, y que sigue
vibrando aún en la distancia cuando regresamos a nuestro
lugar de origen, bajo la dulce sensación de que el país de
los manitos acoge al huésped con un abrazo certero y apapachador; inolvidable a los afectos y al uso de la
palabra en bien de las letras que se ordenan para
aclamar a México con brillos del alma bajo la sonrisa de
cada mañana en esplendor.
Bella Clara Ventura
Poeta y novelista
Colombo- mexicana
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