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Jueves de tertulia en La Tertulia
El pasado jueves 19, los tertulianos
festejaron el día de la Independencia de
México pero también conmemoraron el
triste S-19 y entre simulacros
compartieron poesía y su arte los
invitados de esta ocasión: Guillermo
Fabela Quiñones que habló un poco de
periodismo y leyó narrativa, el
cantautor Julio Vulcano, Leo Guevara con
su música y los poetas Sandra Fabela
Galina Poblano, Nicolai Klechenko de
Ukrania, Adriana Tafoya, Daniela Cruz, ,
Ada Zapata de Bolivia y Beatriz Cecilia,
con la producción de Sergio Alarcón y Luis Édgar Manríquez,
y la participación asidua de Félix
Pacheco, Freddy Secundino, Víctor Hugo
Márquez y Hans Paul Manhey.
Y entre todo ello, León Felipe. Un mano
a mano, dos magníficas voces, dos poetas
dando lectura a la magistral obra de
León Felipe: Hans Manhey y Freddy
Secundino. Algunos de los poemas de León
Felipe aquí.
Poemas de León Felipe
Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol...
y un camino virgen
Dios.
Deshaced ese verso
I
Deshaced ese verso.
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma.
Aventad las palabras,
y si después queda algo todavía,
eso
será la poesía.
II
Poesía,
tristeza honda y ambición del alma,
cuándo te darás a todos… a todos,
al príncipe y al paria,
a todos…
sin ritmo y sin palabras!
III
Sistema, poeta, sistema.
Empieza por contar las piedras,
luego contarás las estrellas.
IV
Ni de tu corazón,
ni de tu pensamiento,
ni del horno divino de Vulcano
han salido tus alas.
Entre todos los hombres las labraron
y entre todos los hombres en los huesos
de tus costillas las hincaron.
La mano más humilde
te ha clavado
un ensueño…
una pluma de amor en el costado.
V
No andes errante…
y busca tu camino.
—Dejadme—.
Ya vendrá un viento fuerte
que me lleve a mi sitio
Como Aquella Nube Blanca
Ayer estaba mi amor
como aquella nube blanca
que va tan sola en el cielo
y tan alta,
como aquella
que ahora pasa
junto a la luna
de plata.
Nube
blanca,
que vas tan sola en el cielo
y tan alta,
junto a la luna
de plata,
vendrás a parar
mañana,
igual que mi amor,
en agua,
en agua del mar
amarga.
Mi amor tiene el ritornelo
del agua, que, sin cesar,
en nubes sube hasta el cielo
y en lluvia baja hasta el mar.
El agua, aquel ritornelo,
de mi amor, que, sin cesar,
en sueños sube hasta el cielo
y en llanto baja hasta el mar. |
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