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  Fuerza y Corazón de la Mujer Hidalguense, A.C.

 

Como la vida misma

de

Agustín Ramos

Presentación  

 

 

Palabras de reconocimiento a la obra de

Agustín Ramos Blancas

 

En la presentación de su novela:

 

“Como la vida misma”

 

 

por Mauricio Amado Barba

 

Fuerza y Corazón de la Mujer Hidalguense A.C.

 

Club de Leones, Tulancingo, Hgo., 19 de julio de 2006

 

 

COMO LA VIDA MISMA

 

 

Quiero iniciar esta intervención manifestando a ustedes que me siento muy honrado por haber sido tomado en cuenta  por Fuerza y Corazón de la Mujer Hidalguense A.C para participar en la presentación de este nuevo libro del Maestro Agustín Ramos, titulado: “Como la vida misma”

 

Le agradezco a la Lic. Erica Rodríguez, la confianza que ha depositado en mí, porque, sin ser literato, me acometió a una empresa que inevitablemente me enfrenta a vencer mis limitaciones expresivas, pero que intentaré desarrollar con todo mi esfuerzo, empezando por llevar pensamientos al papel en un ejercicio de escritura, y pasando por asumir con talante el pánico que me provoca estar al frente de un escenario, donde se reúne gente que con toda seguridad habrá de tener profundos conocimientos y mayores habilidades para realizar un juicio preciso respecto a la obra del maestro Ramos, a quien le expreso mi total reconocimiento.

 

Hablar de la obra de Agustín Ramos, siempre será una experiencia muy enriquecedora porque se trata de uno de los escritores hidalguenses que en la corriente de la literatura contemporánea mexicana ha sentado un precedente de  profundidad de contenido, y cuya visión critica de la realidad caracteriza invariablemente la pureza de su estilo.

 

El escritor, es el que juega a ser otros; es el que pone en los otros sus verdaderos miedos, sus anhelos. Es quien revelando significados se transforma en vehículo que nos ayuda a transitar por otros mundos, vivir a través de otros, deseando, y al mismo tiempo temiendo ser esos otros.

 

Es quien nos abre la posibilidad de dar forma a un mito personal, a partir del alumbramiento de ese momento mágico en que la palabra es un talismán y el mundo un recipiente donde caben todas nuestras fantasías… y también, todas nuestras realidades.

 

Agustín Ramos es un escritor en toda la extensión de la palabra. Prolijo en su creación literaria, tiene en su haber diversos títulos cuya aproximación a su lectura  es y será sin duda un agasajo para quienes tenemos el gusto por las letras, la pasión por la novela, y la búsqueda de conceptos que describan la realidad sin cortapisas.

 

Y es que la obra de Agustín Ramos, es fecunda, rica, de pasajes descritos impecablemente a través de una narrativa corrosiva donde historia, presente, realidad y ficción literaria, se conjugan con maestría, para generar invariablemente un efecto contundente propicio a la reflexión.

 

Llana y crudamente Agustín Ramos  refleja en sus obras las paradojas de la vida, retrata realidades internas y manifestaciones de la condición del ser humano. Son sus personajes seres de carne y sangre que se consumen en el tiempo, que viven para dejarnos enseñanzas, y que se instalan en la recreación de nuestra imaginación con tal fuerza, que pareciera pudiéramos tocarles, respirarlos, sentirlos tan inmediatos y tangibles como nuestra propia vivencia cotidiana.

 

He ahí el genio de Agustín Ramos, hombre de letras, hombre de cultura y saberes vastos. Comprometido con el oficio de escribir, siempre nos entrega resultados de su creación que mueven emociones diversas, frase por frase, pasaje por pasaje, hoja por hoja.

 

De resultados explosivos, su trabajo de escritor bien nos puede llevar al pasmo y dejar atónitos por un momento, en tanto nos recuperamos de la impresión que nos causa el ejercicio de su discurso y la construcción de su ingenio.

 

Indignarnos, conmovernos, regocijarnos ante sus ocurrencias y quedar sorprendidos de la psicología que reflejan sus protagonistas y la forma prosística en que los representa, es lo provocativo de su literatura

 

Con un talento especial para el manejo de la palabra escrita, acrecentado mediante la práctica constante que deja testimonio de su paso, Agustín Ramos es una personalidad en el ambiente de nuestra literatura actual; un distinguido libre pensador cuyo espíritu crítico, le confiere naturaleza excepcional a la manifestación de sus ideas.

 

Agustín Ramos estudió Lengua y Literatura Hispánicas en la UNAM. Fue director general del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo y del Museo Interactivo El Rehilete.

 

Como colaborador permanente del periódico EL Sol de Hidalgo obtuvo el Premio Estatal de Periodismo 2003 y es autor de entre otros títulos: Al cielo por asalto; La vida no vale nada; Ahora que me acuerdo; La gran cruzada; Tú eres Pedro; La visita (un sueño de la razón); El preso número cuatro; Manifiestos; la pieza teatral: Tener presente; el relato histórico: Harina de otro costal, el libro de ensayos Sonar de letras, y esta reciente obra “Como la vida misma.

 

Y es que es así. “Como la vida misma”, que los contrastes son una constante, los claroscuros se presentan ininterrumpidamente, y la dialéctica de la existencia adquiere un sentido de totalidad, en esta nueva novela que toca un tema espinoso para la moral pública, pero contundentemente vigente desde siempre.

 

“Como la vida misma” tiene como marco de referencia la ciudad capital del estado.

 

Las calles de Pachuca  adquieren personalidad propia; lo que alguna vez fue la zona de tolerancia con su centro ceremonial, “el abanico”, y otros tantos lugares propicios para el ejercicio del “oficio más antiguo”, se configuran en escenarios donde la vida emotiva y sexual de quienes hacen la materia de esta novela, transcurre en ciclos de plenitud hasta el ocaso.

 

Y es que es así, “Como la vida misma”, que del dolor viene la fuerza, de la belleza, provecho, y de la ruina, abandono y muerte. Vidas paralelas, amores atormentados, delirio, vicio, corrupción, locura, ingratitud, destinos cruzados, encuentros, desencuentros, cúspide y abismos personales, glorias y decadencia, son la materia prima que conforman una trama en la que se describe sin tapujos el devenir de una existencia que es metafóricamente equivalente a la vida de muchas mujeres que han encontrado en la prostitución una manera de vivir, y que revela descarnadamente muchos aspectos miserables de nuestra condición humana.

 

Al propósito de esta presentación, comentaba hace poco con algún amigo, si conocía la obra de Agustín Ramos.

 

Me soltó a rajatabla el siguiente comentario que intentaré reproducir literalmente.

 

Sí. Me dijo. Es un fregón en el oficio. Tulancinguense me parece, de la generación del 52. Me encantó desde su cielo por asalto, considerada como novela revolucionaria; le sabe igual a la novela histórica y su ánimo de exploración literaria lo lleva a construcciones de profundos significados.

 

Y ciertamente, el maestro Ramos recurre a tratamientos complejos en la construcción del discurso, maneja estilos diversos y ensaya diferentes estructuras y formas.

 

Es un escritor que conoce con precisión el inventario de la narrativa moderna. Capta con profundidad y refleja en su obra toda la intensidad posible de lo múltiple de la realidad.

 

Es un hombre de rigor literario al que debe reconocerse su talento, su vocación y su saber que se cristaliza en obra concluida.

 

Como la vida misma que se transforma en muchas voces, momentos y palabras que a través de una mirada callejera nos devela ese transitar común por los terrenos de la paradoja, y nos revela con detalle narrativo el suelo y el cielo de nuestra ambivalencia en el ser.

 

Ese aspecto inherente a nuestras circunstancia personal y que constituye una constante de tratamiento en su obra, desde el inicio de su carrera como literato.

 

Al efecto, apunto…

 

Tomar el cielo por asalto no es metáfora, nos dice Agustín Ramos. Y cito:

 

“Nacer, morir, son despertares ascendentes”…

 

“La humanidad es un vasto mar superpuesto, pero al dormir entremira cómo y qué y cuántas dimensiones se ordenan en este amplio y diversos material de sueños que es la vida”.

 

“Y esa vida se supo sola, diferente, convencida de que también se puede transformar el mundo desde la muerte”… fin de la cita.

 

Y pienso… Tal como en la vida misma le sucede a Caramelo, la bella meretriz que paulatinamente se va convirtiendo en despojo, y que en el acto de morir legitima su razón existencial… “ese mirar y ese no fijarse más de lo preciso en nada”, porque el tiempo transcurre consumiéndolo todo, transformándolo todo, entre pedacitos de sueños y realidades de pesadilla, como para no querer dejar ni quedarse con la brizna de un recuerdo.

 

Entonces, el devenir, como categoría de reflexión filosófica, se aparece como transfondo de esencialidad en esta reciente obra del maestro Ramos, que nos propone posibilidades de recreación, cuestionamiento y  sublimación, ante el drama del desastre humano, retratado en la vida de una prostituta. Caramelo, y aquellos protagonistas que forman parte de su circunstancia inmediata.

 

Su contexto, su caso, su historia, la historia de los que le hacen ser Caramelo, está expuesta en Como la vida misma,  en letras plasmadas con entraña y razón, con el corazón hecho palabra.

 

Contundente. Ácido.  Agustín Ramos nos presenta hoy una novela de intención antropológica, pero también de tinte político en la denuncia, de perfil social, de carácter urbano. Una obra madura, de temática fuerte, cargada, de  ritmo ágil, que nos revela un sentido trágico de la vida y el escenario de esa parte de realidad que está ahí presente todo el tiempo y que tanto desconocemos.

 

Yo les invito a poner su mirada en la obra de Agustín Ramos, de quien estoy seguro continuará sorprendiéndonos con la calidad de su tejido conceptual… con su arte de escribir.

 

Les agradezco a todas y todos ustedes el favor de su atención, y en especial, le pido al maestro Ramos disculpe este balbucear a través del cual le manifiesto toda mi admiración y mi respeto.

 

 

Muchas gracias.

 

 

 

 

 

 

 

 


 

Gracias por su visita  

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