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Jul.06

 
   

Fuerza y Corazón de la Mujer Hidalguense, A.C.

 

Presentó

 

 

Como la vida misma,

de

Agustín Ramos

 

 

Agustín Ramos

 

 

Organizada por Fuerza y Corazón de la Mujer Hidalguense, A.C.,  la presentación estuvo a cargo de los licenciados Erika Rodríguez Hernández y Mauricio Amado Barba el pasado 19 de julio, en el Club de Leones de Tulancingo.

Como la vida misma, con esa intensidad y su sencillez, Agustín Ramos agradeció a los asistentes su presencia compartiendo con ellos un fragmento de las memorias de su infancia en Tulancingo.

La presentación tuvo una cálida recepción de los tulancinguenses que no podían menos que abrazar a su paisano después de escuchar la lectura que les evocó viejas reminiscencias.

 

 

 

 

 

 

 

Mauricio Amado Barba habla sobre la obra de Agustín Ramos

 

 

 

(Html completo): "... siempre será una experiencia muy enriquecedora porque se trata de uno de los escritores hidalguenses que, en la corriente de la literatura contemporánea mexicana, ha sentado un precedente de  profundidad de contenido, y cuya visión crítica de la realidad caracteriza invariablemente la pureza de su estilo.

 

'El escritor, es el que juega a ser otros; es el que pone en los otros sus verdaderos miedos, sus anhelos. Es quien revelando significados se transforma en vehículo que nos ayuda a transitar por otros mundos, vivir a través de otros, deseando, y al mismo tiempo temiendo ser esos otros.

 

'Es quien nos abre la posibilidad de dar forma a un mito personal, a partir del alumbramiento de ese momento mágico en que la palabra es un talismán y el mundo un recipiente donde caben todas nuestras fantasías… y también, todas nuestras realidades.

 

'... Prolijo en su creación literaria, tiene en su haber diversos títulos cuya aproximación a su lectura  es y será sin duda un agasajo para quienes tenemos el gusto por las letras, la pasión por la novela, y la búsqueda de conceptos que describan la realidad sin cortapisas.

 

'Y es que la obra de Agustín Ramos es fecunda, rica, (...) a través de una narrativa corrosiva donde historia, presente, realidad y ficción literaria, se conjugan con maestría, para generar invariablemente un efecto contundente propicio a la reflexión.

 

'Llana y crudamente Agustín Ramos  refleja en sus obras las paradojas de la vida, retrata realidades internas y manifestaciones de la condición del ser humano. Son sus personajes seres de carne y sangre que se consumen en el tiempo, que viven para dejarnos enseñanzas, y que se instalan en la recreación de nuestra imaginación con tal fuerza que pareciera pudiéramos tocarles, respirarlos, sentirlos tan inmediatos y tangibles como nuestra propia vivencia cotidiana.

 

Mauricio Amado Barba 

 

'He ahí el genio de Agustín Ramos, hombre de letras, hombre de cultura y saberes vastos. Comprometido con el oficio de escribir, siempre nos entrega resultados de su creación que mueven emociones diversas, frase por frase, pasaje por pasaje, hoja por hoja.

 

'De resultados explosivos, su trabajo de escritor bien nos puede llevar al pasmo y dejar atónitos por un momento, en tanto nos recuperamos de la impresión que nos causa el ejercicio de su discurso y la construcción de su ingenio.

 

'Indignarnos, conmovernos, regocijarnos ante sus ocurrencias y quedar sorprendidos de la psicología que reflejan sus protagonistas y la forma prosística en que los representa, es lo provocativo de su literatura.

 

'Y es que es así. Como la vida misma, que los contrastes son una constante, los claroscuros se presentan ininterrumpidamente, y la dialéctica de la existencia adquiere un sentido de totalidad, en esta nueva novela que toca un tema espinoso para la moral pública, pero contundentemente vigente desde siempre.

 

'Como la vida misma tiene como marco de referencia la ciudad capital del estado.  Las calles de Pachuca  adquieren personalidad propia; lo que alguna vez fue la zona de tolerancia con su centro ceremonial, “el abanico”, y otros tantos lugares propicios para el ejercicio del “oficio más antiguo”, se configuran en escenarios donde la vida emotiva y sexual de quienes hacen la materia de esta novela, transcurre en ciclos de plenitud hasta el ocaso.

 

'Y es que es así, Como la vida misma que del dolor viene la fuerza, de la belleza, provecho, y de la ruina, abandono y muerte. Vidas paralelas, amores atormentados, delirio, vicio, corrupción, locura, ingratitud, destinos cruzados, encuentros, desencuentros, cúspide y abismos personales, glorias y decadencia, son la materia prima que conforman una trama en la que se describe sin tapujos el devenir de una existencia que es metafóricamente equivalente a la vida de muchas mujeres que han encontrado en la prostitución una manera de vivir, y que revela descarnadamente muchos aspectos miserables de nuestra condición humana.

 

'Al propósito de esta presentación, comentaba hace poco con algún amigo, si conocía la obra de Agustín Ramos.

 

'(...) Como la vida misma que se transforma en muchas voces, momentos y palabras que a través de una mirada callejera nos devela ese transitar común por los terrenos de la paradoja, y nos revela con detalle narrativo el suelo y el cielo de nuestra ambivalencia en el ser.

 

'

 

Ese aspecto inherente a nuestra circunstancia personal y que constituye una constante de tratamiento en su obra, desde el inicio de su carrera como literato. Al efecto, apunto…

 

Tomar el cielo por asalto no es metáfora, nos dice Agustín Ramos. Y cito:

 

'“Nacer, morir, son despertares ascendentes”…

 

'“La humanidad es un vasto mar superpuesto, pero al dormir entremira cómo y qué y cuántas dimensiones se ordenan en este amplio y diversos material de sueños que es la vida”.

 

'“Y esa vida se supo sola, diferente, convencida de que también se puede transformar el mundo desde la muerte”… fin de la cita.

 

'Y pienso… Tal como en la vida misma le sucede a Caramelo, la bella meretriz que paulatinamente se va convirtiendo en despojo, y que en el acto de morir legitima su razón existencial… “ese mirar y ese no fijarse más de lo preciso en nada”, porque el tiempo transcurre consumiéndolo todo, transformándolo todo, entre pedacitos de sueños y realidades de pesadilla, como para no querer dejar ni quedarse con la brizna de un recuerdo.

 

'Entonces, el devenir, como categoría de reflexión filosófica, se aparece como transfondo de esencialidad en esta reciente obra del maestro Ramos, que nos propone posibilidades de recreación, cuestionamiento y  sublimación, ante el drama del desastre humano, retratado en la vida de una prostituta. Caramelo, y aquellos protagonistas que forman parte de su circunstancia inmediata.

 

'Su contexto, su caso, su historia, la historia de los que le hacen ser Caramelo, está expuesta en Como la vida misma,  en letras plasmadas con entraña y razón, con el corazón hecho palabra.

 

'Contundente. Ácido.  Agustín Ramos nos presenta hoy una novela de intención antropológica, pero también de tinte político en la denuncia, de perfil social, de carácter urbano. Una obra madura, de temática fuerte, cargada, de  ritmo ágil, que nos revela un sentido trágico de la vida y el escenario de esa parte de realidad que está ahí presente todo el tiempo y que tanto desconocemos.

 

(Html completo)

 

 

Sobre Como la vida misma,

 

por Erika Rodríguez

 

 

Agradezco al Maestro Agustín Ramos, que permita que los que integramos  la asociación civil fuerza y corazón de la mujer hidalguense  participemos  en este evento literario como es la presentación del su libro, “Como la vida misma”.

 

Reconociendo que nuestra participación no contiene una gran experiencia en el ámbito de la literatura. No limito la expresión de mi opinión como miembro activo de la sociedad civil organizada.

 

Erika Rodríguez

 

 

Hoy por hoy, el Maestro Agustín Ramos, es un hidalguense  reconocido y respetado,  ha conjugado  su actividad intelectual y literaria con cargos dentro de la administración pública; como la de ser director general del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo.

 

En la lectura del libro “Como la vida misma”, se proyecta la condición humana  resaltando al personaje central  Caramelo, mujer de la vida galante,  mezcla sus vivencias y recuerdos con personajes que determinan el destino de una sociedad de ayer y de hoy, de la cual hace el recuento de vidas paralelas entre los mismos.

 

Donde la integridad del ser humano  y la corrupción de importantes políticos definen el desasosiego de una sociedad que la conforma y la deforma. Donde la crítica de ella y sus circunstancias, confunden el rol del individuo. Dejando en entredicho el verdadero motivo de la perversión social.

 

Una peculiaridad del maestro Agustín Ramos, es la de introducir al lector en la vida de los personajes, hasta seducirlo y atraparlo como la vida misma.

 

Personalmente, me gusta la naturalidad con la que escribe el maestro Ramos, tal como le apetece en cada momento, por eso sus personajes algunas veces son alegres, otras analíticos, también  patéticos o sencillamente perversos, todo a voluntad propia; sin el afán de seguir un estilo. Dice Savater, que quienes se esfuerzan por tener un estilo, quienes padecen esa “voluntad de estilo”, escriben pendientes no de lo que quieren decir, sino sólo de los efectos idiosincrásicos que producirá en el lector su forma de decirlo.

 

Agustín Ramos, conquista y seduce al lector no por el estilo, sino por su naturalidad y realismo, porque sus personajes son como sacados de la vida misma. Sólo así entendemos la variedad de su obra.

 

En el presente libro, el lector no se reconoce con el personaje central; Caramelo, sino con sus condiciones deplorables de vida, llena de soledad y pobreza.

 

 

 

Porque al fin de cuentas, Caramelo es sólo un seudónimo, como las muchas máscaras que usamos en la vida misma, a las cuales nos aferramos para alejarnos de nosotros mismos. Caramelo recapacita sólo cuando presiente su final, y reconoce en la familia la fuerza de gravedad que la mantiene unida a sus raíces; su pueblo veracruzano le permite añorar y a Martín su hermano soñar; quien será la persona más importante de su vida.

 

 

La ausencia  de su madre desde su inicio y la de su hermano después, sin duda la marcó para siempre. Vacíos que nunca pudo llenar. Ni el recurso del recuerdo pudo exorcizar a sus fantasmas; ni mucho menos reconciliar su pasado con su presente.

 

Caramelo sólo quería estar con su hermano, y en esa búsqueda también se perdió ella: No sabía que el dolor que le causaba la ausencia de su hermano, la precipitaría a otros dolores y a otras ausencias.

 

Dice Ortega y Gasset que somos el producto de nuestras circunstancias, Caramelo lo justifica; si justificación merece. Era mesera de una fonda que de noche se trasformaba en prostíbulo: de cualquier forma, alimento para el cuerpo.

 

En adelante, ya no era solamente el recuerdo de su pueblo veracruzano y su fraccionada familia, sino venía la colección de recuerdos, que más allá de llenar el vacío de infancia y adolescencia, sólo lo hacía más grande y más cruel.

 

Cuando no se sabe donde se va, cualquier camino nos lleva, y así Caramelo llegó a la ciudad de Pachuca. Por el azar, por los vientos de la “bella airosa”, o por que en esa época tenía el prostíbulo de mayor reconocimiento nacional: El Abanico. Aquí, su vida se entremezcla con otros personajes, donde el autor nos describe la forma de vida de los Pachuqueños, y nos invita a recorrer sus calles, sus espacios, y nos convida a reconocer o recordar sus colores y sus olores. Recordamos la ciudad de ayer para identificarla con la de hoy. Y reconocemos algunos personajes con otros de la vida misma.

 

En la obra se cita que en una ocasión acudieron al Abanico, un grupo de jóvenes quienes pretendían que su amigo mantuviera su primera relación sexual, se presentó Caramelo e inició a un joven que le prometió recordarla siempre por su belleza, este joven inquieto era Francisco, quien recordaría esta relación como la mejor de su vida.

 

Tal vez, sólo tal vez, conocemos o nos han platicado de alguna relación como la de Francisco y Laura, la de Lupita y el Galán, o la del Huele e Idalia. Con quienes Caramelo tiene encuentros y desencuentros, amores y desamores, y son el pretexto perfecto para que el maestro Ramos nos describa diversas formas de vida de esa sociedad pachuqueña.

 

Donde se involucran políticos, gobernantes, narcotraficantes, comerciantes, y todos aquellos actores que le dan forma a una sociedad eminentemente mexicana.

 

Sin embargo, la juventud y la belleza no son eternas. Y para Caramelo eran el pasaporte hacia la felicidad y los años de gloria, que le permitían el libre acceso a cualquier estrato social. En este caso, como en muchos otros, se cumplió la advertencia oracular de Rosa Montero: la mujer se vuelve invisible nada más pasando los cuarenta.

 

Pero como vivía al día y siempre fue fiel al recuerdo amoroso de su hermano Martín, nunca pidió nada; nunca exigió nada;  su cuerpo sólo era el vehículo de placeres propios y ajenos; por eso contaba con más agradecimientos que reproches.

 

Con la edad y sin El Abanico, Caramelo siguió su peregrinar de vida en una ciudad ajena que había hecho propia; que la había conquistado a base de caricias confundidas. Caramelo dejó de ser la más deseada para convertirse sólo en una más. Decadente física, moral y emocionalmente. Donde hasta los recuerdos duelen. Siguió dando el amor a los demás, aquel amor que la vida le negó  dar a Martín; su hermano del alma.

Yo no sé cuantas escenas de esta novela se asemejan a la realidad, y si el Maestro Ramos nos confunde premeditadamente. Sólo reconozco que muchas circunstancias que enfrenta Caramelo y los demás personajes de la novela son como la vida misma.

En mi carácter de mujer, participando  activamente en una Asociación que promueve y defiende los derechos humanos de las mujeres, concluyo que todos los seres humanos y particularmente nosotras, vivimos circunstancias adversas, de sufrimiento y fracasos, y otras de éxitos y triunfos. Pero estoy convencida que  todas contamos con una  gran calidad humana como la de Caramelo, que se dedica al oficio más antiguo del mundo: la prostitución,  sin embargo, llena de emociones, sueños y afectos; siempre en la búsqueda permanente. Como lección nos deja claro que los excesos  la vida se los cobra tarde que temprano y que la apariencia física  no lo es todo en la mujer, hay que tener ideales, sueños y proyectos que trasciendan nuestra  vida misma.

 

Gracias por su atención.                 

 

 

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