El gran
solitario de Palacio en
Xalapa y Pachuca
por René
Avilés Fabila
Acaba de aparecer
editada por la
Universidad Popular
Autónoma de Veracruz (UPAV)
la edición conmemorativa
de mi segunda novela, El
gran solitario de
Palacio, escrita entre
1969 y 1970 y publicada
en Buenos Aires en 1971.
El impulso para
escribirla fue político:
la matanza del 2 de
octubre. La viví paso a
paso, desde que llegué,
en compañía de Rosario,
mi esposa, hasta que ya
en la madrugada salimos
del departamento de
Tlatelolco donde un
matrimonio nos ocultó
para no caer en manos de
policías y militares. La
noche más larga de mi
vida. Desde las ventanas
podíamos apreciar la
intensa lluvia de balas
sobre jóvenes desarmados
y huyendo en total
desorden. Hasta ese
momento, prefería el
cuento breve. Allí
descubrí que requería de
mayor espacio para
denunciar el aberrante
crimen.
La novela fue escrita de
principio a fin en París
y al concluirla fui
avisado que no había
condiciones para
publicarla en México.
Por fortuna, una
editorial argentina,
Fabril Editora, la pidió
y apareció en Buenos
Aires. A México llegó un
año después. A partir de
entonces, se hizo una
novela de discreta y
tenaz presencia. Lleva
unas 25 ediciones y está
traducida a varios
idiomas. La crítica
literaria y política ha
sido generosa con ella.
Es la segunda obra en
aparecer, luego de la de
Luis González de Alba,
Los días y los años.
Para escribirla releí
toda la literatura sobre
dictadores
latinoamericanos: de
Tirano Banderas y La
sombra del caudillo,
hasta El señor
presidente. No había
mucho más. No intentaba
hacer la crónica de un
crimen que presencié,
sino criticar al sistema
político mexicano.
Ahora la UPAV, con
motivo de mis 50 años
como literato, ha hecho
la edición
conmemorativa. Será
presentada en distintos
foros: el próximo jueves
22 en la Universidad
Autónoma de Hidalgo, en
esa misma institución,
repetirá en la Feria del
Libro y finalmente, lo
será en su actual casa:
en Xalapa, el 7 de
junio, día de la
libertad de expresión.
Una curiosa paradoja: de
la prohibición al
festejo.
Cuando la tradujeron al
coreano, en Corea del
Sur, pregunté la razón,
me parecía algo extraño.
Me respondieron
diciéndome que allí
también hubo represión
contra los estudiantes.
Quedaba claro que el 68
mexicano no fue un caso
aislado, sino un
fenómeno mundial
complejo. En mi caso,
considera María Esther
Arredondo, autora de la
cuarta de forros de la
edición conmemorativa,
basada en el número de
críticas y comentarios,
que “Para muchos, El
gran solitario de
Palacio es considerada
la mejor novela sobre el
68 y posee grandes
méritos literarios y
testimoniales que
resisten las pruebas del
tiempo y el espacio…”.
La nueva edición tiene
el prólogo del
politólogo chileno
Ricardo Yocelevzky y al
final una aguda historia
de las vicisitudes de la
novela escrita por el
literato Mario Saavedra.
El primero precisa: “El
poder y su solitario han
dejado en buena medida
su hosquedad, parte de
su alejamiento y su
exigencia de solemnidad
en su presencia. La
modernidad le exige
exposición mediática y
la búsqueda de imagen ha
traído cinismo y
desparpajo… El ambiente
refrescado puede ser
engañoso. ¿Será que la
cirugía es más
sofisticada y el
solitario está ahí
todavía?”.
Vale señalar que la
primera Legislatura del
DF, encabezada por el
PRD, hizo una
conmemoración del 68 con
tres o cuatro libros
memorables, entre ellos
mi novela.
El gran solitario de
Palacio ha sido capaz de
entrar en el imaginario
colectivo.