Recordando a Gibrán Jalil Gibrán...
EL
REY SABIO
(de El Loco, 1918)
Había una vez, en la lejana ciudad
de Wirani, un rey que gobernaba a sus súbditos con tanto poder como
sabiduría. Y le temían por su poder, y lo amaban por su sabiduría.
Había también en el corazón de esa
ciudad un pozo de agua fresca y cristalina, del que bebían todos los
habitantes, incluso el rey y sus cortesanos, pues era el único pozo de
la ciudad.
Una noche, cuando todo estaba en
calma, una bruja entró en la ciudad y vertió siete gotas de un
misterioso líquido en el pozo, al tiempo que decía:
-Desde este momento, quien beba de
esta agua se volverá loco.
A la mañana siguiente, todos los
habitantes del reino, excepto el rey y su gran chambelán, bebieron del
pozo y enloquecieron, tal como había predicho la bruja. Y aquel día, en
las callejuelas y en el mercado, la gente no hacía sino cuchichear:
-El rey está loco. Nuestro rey y su
gran chambelán perdieron la razón. No podemos permitir que nos gobierne
un rey loco; debemos destronarlo.
Aquella noche, el rey ordenó que
llenaran con agua del pozo una gran copa de oro. Y cuando se la
llevaron, el soberano ávidamente bebió y pasó la copa a su gran
chambelán, para que también bebiera.
Y hubo un gran regocijo en la lejana
ciudad de Wirani, porque el rey y el gran
chambelán
habían recobrado la razón.
.
|