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Se produce El estudiante en Guanajuato
por Pterocles Arenarius
En Guanajuato, la ciudad patrimonio de la
humanidad ocurre algo insólito, de pronto se da un fenómeno que
ya no es tan ajeno a esta ciudad. |
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Me refiero a los trabajos de filmación de la
película El estudiante, opera prima del joven
director Roberto Girault que ha venido grabándose durante las
últimas seis semanas en Guanajuato. |
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Antes que nada conviene anotar que El
estudiante es también el debut como guionista del mismo
Girault, quien escribió una conmovedora historia de un hombre
enfrentado a crueles vicisitudes vitales, la humana derrota (del
latín rota, y esta de routa ruta), el derrotero
que es la vida. Una historia en la que, como diría el coloso
gringo Ernest Hemingway, “el hombre puede ser muerto, pero
vencido jamás”, porque la derrota del protagonista de El
estudiante, se transfigura en un re-inicio, o una
iniciación, es decir, un renacimiento o una resurrección. |
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Ciertamente, esta producción tiene
pretensiones de obra de arte. Los que hemos logrado observar un
poco en el transcurso de la grabación nos han dejado vislumbrar
momentos muy emotivos, los actores se muestran tan involucrados
que con frecuencia han debido interrumpirse los trabajos para
que uno de estos artistas llore, se desahogue ante la inmensa
carga de emociones que implica la historia. Y la planta de
técnicos, conmovidos, estallan en un aplauso para reconocer el
tremendo esfuerzo espiritual y psicológico de los actores. |
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Semejante clima de esos trabajos indica que,
al menos en el ámbito de sentimientos y emociones, hay éxito. La
consecución de las metas, como sabemos, para que se dé la obra
de arte, implicará que la técnica se aproxime a lo impecable y
que el contenido de la historia –como parece serlo– toque las
fibras sensibles del público tanto como lo ha hecho con las de
actores y técnicos. |
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Los profesionales a cargo del trabajo de
convertir en filme la historia de El estudiante, nos han
dicho que la película estará lista en octubre y que participará
en algunos concursos internacionales de cine, quizá Cannes,
Mallorca, etc. |
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Muy alentador es que en esta película, un
personaje más será la ciudad de Guanajuato. Prácticamente todas
las locaciones de la filmación pertenecen a esta ciudad, por lo
que se desea fervientemente que El estudiante tenga un
gran éxito tanto artístico como comercial, porque en esa medida
Guanajuato se verá beneficiada por la promoción debida a la
exhibición cinematográfica de algunos de sus lugares hermosos. |
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Pero los beneficios no paran allí. El
productor, sin duda, habrá pagado al municipio alguna cantidad
por concepto de permisos para usar los espacios urbanos como
escenario de la historia que narra El estudiante. Pero
también este grupo de artistas y técnicos requieren alojamiento,
alimentación y más servicios, todo lo cual consumen en la
ciudad. Un ejemplo de ello es el hecho de que, en lugar de traer
su propio servicio para la preparación de alimentos, contrataron
a uno de los restaurantes de la Plaza de San Fernando, lugar que
también emplearon como locación en diversas ocasiones. También
contrataron a algunos guanajuatenses, o al menos habitantes de
la ciudad, para realizar diversos trabajos no especializados que
requirieron, así como a numerosos extras. Esto entre los
dividendos inmediatos, habrá más, sin duda, cuando el éxito de
la película ponga a Guanajuato en el candelero. La derrama
económica sobre Guanajuato rebasa, según uno de los asistentes
de producción, los dos millones de pesos. |
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De pronto un pequeño ejército de hombres
armados de las más variadas herramientas y materiales más un
aparatoso como sofisticado equipo de filmación: rieles, cámaras,
grúas, plumas, enormes pantallas, tomaron la Plaza de San
Fernando, por ejemplo –puesto que también lo hicieron en la
Plaza de la Paz, frente al Museo Iconográfico del Quijote, el
Jardín Reforma, etc.–, en el caso de San Fernando colocaron
decenas de globos chinos y por la noche luces que ornaron el
enorme y hermoso árbol inclinado. |
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Ellos se treparon al árbol, una chica
–insólita imagen– de pronto estaba encaramada en una de las
poderosas ramas del árbol trabajando como el más afanoso
operario. San Fernando adquirió características inusitadas, se
volvió un sitio mágico en el que se produjeron escenas
fantásticas y desconcertantes luego de la transformación del
sitio. Personajes que desparramaban talento, asistentes que los
maquillaban, los vestían y desvestían; camarógrafos y fotógrafos
que los enfocaban y captaban con sus aparatos, el director que
los instruía, la asistente de cámara que canta el tradicional
grito que señala la escena, la toma y choca las clásicas
tablillas de color acebrado, la gente que los miraba asombro y
fascinación no perdía detalle, los técnicos que corrían de un
lado a otro para transformar en unos instantes un sitio
inadecuado para la filmación. |
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Esta gente trabaja mucho y muy rápido.
Parecían moverse en cámara de acción veloz en medio de un pueblo
que se mueve lentamente. Y es que los chilangos, de por sí, son
muy acelerados, aprensivos, estresados y la gente de cine lo es
más aun. El tiempo les cuesta mucho dinero en equipo y mano de
obra. |
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El
famoso actor Jorge Lavat, la no menos conocida Norma Lazareno, los
jóvenes Pablo Cruz Guerreo y Cristina Obregón, la actriz infantil Sofía
Toache, son entre muchos más los protagonistas que darán la cara a
través de la narración cinematográfica, con Guanajuato como telón de
fondo. Entre los dedicados a trabajos técnicos de gran importancia están
el conocido fotógrafo Gonzalo Amat y el ingeniero de sonido acreedor de
tres premios Ariel, Antonio Diego y el gerente de producción
Víctor Núñez de la compañía Carmina Films. Se les desea el más grande de
los éxitos.
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