La imagen de San Juan Diego mora en la Catedral de Ancud
La denominación de "Patrono" de este Santo Mexicano, fue autorizada y felicitada por el Arzobispado de Santiago de Chile, y recibió halagos también del Obispado de Ancud que es la máxima autoridad Católica del Archipiélago de Chiloé.
La ciudad de Ancud, ha sido desde la llegada de los españoles el centro religioso más importante de la provincia, pues aquí se regularon históricamente todos los asuntos eclesiásticos, correspondientes a las más de 160 iglesias que están edificadas en el Archipiélago, las cuales en su mayoría datan de entre el siglo XVII y XVIII, fueron construidas por Sacerdotes Jesuítas, con ayuda de Criollos, Veliches, Chonos y Mestizos, cabe señalar que estos curas a diferencia de otras congregaciones, aprendieron las lenguas originarias y luego evangelizaron, es decir, no impusieron nada, convirtieron como corresponde al cristianismo, tal como Cristo lo hizo, con prédica y no a palos.
Y sería justamente aquella Catedral, morada del Obispo, la que recibiría la estatuilla del Santo Patrono del Congreso, gentil y altruistamente enviada de México por mi querida amiga María Cristina de la Concha, Presidente de la Unión Latinoamericana de Escritores y de Culturalcingo.
La misa comenzó a las 19:00 horas, la Catedral estaba llena, el Obispo leyó un discurso gentilmente enviado por nuestra amiga mexicana dándole una enorme importancia, me hizo pasar adelante donde él desarrolla la misa, yo me presenté cargando la imagen, arropado con mi bandera Veliche y con la bandera Mexicana, y entregué formalmente al Obispado la imagen peregrina, que cruzó medio continente. En la ocasión, el Obispo Juan María Agurto me pidió que me dirigiera en Veliche al público y que les contara sobre el congreso.
Luego de que todo terminó se hizo el compromiso de integrar a Juan Diego a las festividades de la Catedral, y se dejó frente al altar para oficiar la bendición. ¡Los aplausos de recibimiento al indio mexicano colmaron el templo! y de la misma forma la curiosidad por ir a verlo, era un indio, un santo moreno igual que la mayoría de la gente que asiste a misa a venerar imágenes castizas.
Luego la misa se ofició con la imagen al frente y al final se dio el espacio para que la gente lo pueda ver, acercársele, hablarle si eso quieren, cada vez más se concreta la difusión del mensaje "Los indios podemos estar en todo sitial, hasta en uno de Santidad"
Eternas gratitudes a María Cristina de la Concha y a todos y cada uno de los participantes en el Congreso de Literatura en el Archipiélago por la Identidad de los Pueblos y la Paz, por creer en este loco proyecto, en esta cruzada cultural.
Gérak Millalonco Velásquez