BARRANCAS DEL VALLE DE TULANCINGO
Por Gloria Valencia Vargas
Un accidente geográfico que se determina por la formación de un cause; o de una
depresión en el terreno producida por la erosión continua o repentina de un
curso de agua. Así se describe a “la barranca” cuyos sinónimos
son: barranco, abismo, voladero, despeñadero, acantilado, sima y cañón.
El abismo
se refiere a una profundidad grande y peligrosa. Es también una depresión u
hondura que, por sus características resulta grandiosa y riesgosa. Está situado
generalmente en un lugar elevado como una montaña.
Un acantilado
es un evento geográfico que adquiere la forma de una pendiente abrupta. En este
sentido puede aparecer junto a las costas, en montañas o a las orillas de los
ríos.
Un cañón
se precisa como una larga y profunda zanja con paredes escarpadas formadas por
la erosión que hace gradualmente un río.
Sobre las
barrancas Carl Christian Sartorius escribió y describió las barrancas de
México en 1858:
“Entre las peculiaridades
están esos maravillosos y casi perpendiculares barrancos que se ven a menudo en
todas partes del país. La mayoría se encuentran entre las montañas y el mar;
aunque hay también en la meseta. Una gran parte de la región costera oriental se
halla tan fisurada por las barrancas, muchas de las cuales parecen trazadas de
oriente a poniente, que difícilmente se viaja a lo largo de una legua sin
encontrarse con el camino interrumpido por estos abismos perpendiculares. La
mayor parte de esas barrancas se formaron quizá, cuando el país estuvo sometido
a convulsiones de origen plutónico, puesto que los depósitos horizontales de
conglomerado parecen confirmar esta suposición; otras, por el contrario, son
oquedades volcánicas y, unas más, son sin duda, producidas por la fuerza
irresistible de los torrentes de la montaña.
El número de barrancas es tan
grande que, por razón natural, las formas y tamaños son necesariamente
diferentes…”
Cerca de la
ciudad de Tulancingo rumbo a Huasca en una amplia llanura aparece en forma
inesperada, la barranca de Alcholoya, que se une a otras y que al
ensancharse forma la gran barranca de Metztitlan.
“Alcholoya”, es
un bello lugar donde hay varios paisajes que admirar, en primer lugar, dos
saltos de agua que tendrán una altura de 12 a 18 metros y de bastante caudal,
habiendo otras menores en diversos lugares de la grandiosa Barranca de San
Pablo, esta de muchos kilómetros de longitud y ante todo de considerable altura,
para darse una idea considérese que en el fondo de dicha barranca ya se dan
frutos propios de tierra caliente…Para este lugar se debe seguir el camino
antiguo a Pachuca, por Acatlán hasta la Fábrica de Alcholoya quedando ya muy
cerca la barranca y los diversos saltos y paisajes…” TULANCINGO Y SUS
ALRREDEDORES, Roberto Ocádiz 1940
El mismo autor
hace mención de otras interesantes zonas como el cañón de la Esperanza, los
acantilados de los Ermitaños:
“El cañón de
Tezoquipa y la caída de agua del mismo con una altura de 7 metros y de poco
volumen constante; a este lugar también se llega por la carretera a Cuautepec,
bajándose en el rancho El Nido y siguiendo por un callejón pedregoso que se
encuentra al lado derecho del camino…”
A pesar de su valor para el medio ambiente y la biodiversidad la
“reforma energética” constituye una fuerte amenaza para estas regiones.
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