DÍA INTERNACIONAL DE
LA MÚSICA
Por Gloria Valencia Vargas
El Día Internacional de
la Música fue establecido por la UNESCO el 1 de octubre para celebrar el arte de
la música. Los versos de esta bella canción son un homenaje a esta importante
expresión.
VIVO POR ELLA
“Vivo por ella sin saber
si la encontré o me ha encontrado
Vivo por ella que me da,
toda mi fuerza de verdad.
Ya no recuerdo cómo fue,
pero al final me ha conquistado.
Vivo por ella y no me
pesa…”
La música siempre ha
sido nuestra compañía desde que nacemos con las canciones de cuna:
“A la rurrú, nene, a la
rurru ya, duérmete mi niño y duérmete ya… “
Después al asistir al
kínder, la música llenó de alegría nuestro mundo infantil, qué bonitos recuerdos
tenemos del Jardín de Niños Federico Froebel de Tulancingo y sobre todo de la
maestra Sarita quien al compás de la música y su piano, nos hizo bailar y cantar
con las canciones de CRI- CRI el Grillito cantor:
“La orquesta de animales
acaba de llegar pues una linda fiesta aquí tendrá lugar… escojan su pareja si
gustan de bailar, que ya los animales terminan de afinar…”
Así como la siguiente
ronda:
“En el patio de mi casa
como es particular se moja y se seca como los demás, ¡agáchense y vuélvanse
agachar, los niños bonitos se vuelven agachar!”
Y siguiendo este
recorrido por la música en Tulancingo, llegamos a las etapas de la primaria y la
secundaria en donde el programa escolar exigía 2 horas a la semana para el
estudio de la música. En los centros escolares durante los años 50 se formaron
melodiosos coros que cantaban la música romántica del siglo XIX, los colegios
religiosos particulares enseñaban música sacra como el “Ave María” de Schubert
que interpretaba magistralmente el coro de niños del antiguo Colegio Pedro de
Gante.
En escuelas públicas el
nacionalismo estaba presente en la música al enseñar bellas canciones mexicanas,
así como hermosos bailables del folclor nacional.
“Entre sierras y
montañas y bajo un cielo azul,
como una inmensa hamaca
bañada por el sol,
esta mi tierra, tierra
de mis amores,
tierra bendita, tierra
que me vio nacer…”
El ambiente musical de
Tulancingo flotaba por todas partes, música que por unas monedas se podía
escuchar en las rocolas en las neverías de La Floresta y en donde se escucharon
los primeros discos del rock and roll en inglés y español.
Música vernácula o
ranchera se escuchaba en las rocolas de las cantinas y pulquerías por las partes
aledañas al mercado: Las Jilguerillas del Norte eran muy populares en este
género.
Así como el profesor
Carlos era el alma de los desfiles y la enseñanza de la educación Física, el
profesor Rodríguez enseñó a varias generaciones la habilidad de la música, fue
además un gran músico y director de la famosa Orquesta Tollan, una gran orquesta
que amenizaba con su música los famosos bailes del Club de Leones.
Siguiendo con los
recuerdos y esta bella expresión el conjunto Blanco y Negro tuvo mucha
popularidad a mediados del siglo pasado, interpretando lo mismo Danzones que
música americana como el Swing y el Foxtrot.
La Música nos acompaña y nos transporta a muchos espacios y tiempos. En memoria
y con cariño al maestro Francisco Rodríguez.
Hasta la próxima.
Sus comentarios serán bien recibidos y tomados en cuenta si los
envía a:
lolvalart@hotmail.com.
|