EL
CUARTEL MILITAR DE TULANCINGO
(Segunda parte)
Por
Gloria Valencia Vargas
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Un bello conjunto de antiguos edificios que formaban parte del patrimonio
cultural edificado de Tulancingo, fueron demolidos a mediados del siglo XX,
entre estos se pueden nombrar al antiguo Cuartel Militar de Tulancingo: |
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“Por
muchos años uno de los patios del cuartel sirvió como cancha para la práctica
del voleibol para los escolares y público en general, también se realizaban
importantes eventos deportivos entre las escuelas secundarias de la ciudad. El
equipo de la Lezama y el Plancarte siempre estaban al frente en las
competencias, era un júbilo presenciar estos encuentros en las gradas que
quedaban junto a las caballerizas.”
Este
inmueble se ubicó en el espacio que hoy ocupan la escuela Miguel Hidalgo, un
grupo de casas y comercios y parte de la calle Colegio Militar. La demolición de
este sólido edificio significó una grave pérdida para la historia y la
arquitectura de la ciudad, junto con los Portales y la capilla de la Tercera
Orden.
Hasta el 31 de marzo de 1965 el cuartel estuvo en servicio, la
presidencia municipal del C. Dr. Fernando García Lira decidió abrir la
calle hoy Colegio Militar al tránsito vehicular. Este es otro de los casos en
que la falsa idea de la modernidad ha ocasionado la destrucción de la riqueza
arquitectónica de Tulancingo.
A
finales del siglo XVIII, se sugirió construir el cuartel para la milicia
en la Plazuela del Conde de Orizaba. Posteriormente, en el siglo XIX,
se levantó en el sitio ya mencionado. Como obra muy importante se publicó la
construcción del cuartel militar en Tulancingo:
“La
obra magna es sin duda la que proyecta el Sr. Madrid en Tulancingo con la
edificación de un cuartel que pueda servir para alojar a la vez a un regimiento
y a un batallón.
El
terreno en el que se ha emprendido la obra pertenece al municipio de aquella
ciudad y en la época anterior se le había destinado a la erección de una
penitenciaria para cuyo objeto se decretó una subvención; mas nunca se hizo algo
de importancia sino dos bardas que costaron la fabulosa suma de diez y ocho
mil pesos.
Este
terreno tanto su
lugar en que se encuentra como por sus dimensiones, se presta al desarrollo de
la empresa acometida por el Sr. Madrid; y así como es de esperarse, los
elementos no llegan a escasear.
La
superficie total del terreno mide 5181 metros, 52 centímetros
cuadrados.
El
Sr. Madrid procedió a los trabajos construyendo los cimientos de la parte del
frente, de los que hay 480 metros cúbicos en los que se han
empleado 22 000 arrobas de cal. Las dimensiones de estos cimientos son en las
paredes maestras de 1m 50 cms. Y de 50 cms. las divisorias.
La
planta baja del edificio simplemente nos hace comprender la magnitud de la obra
pues contendrá tres pisos; en el primero las cuadras, en el segundo oficinas de
los jefes y oficiales y, en el tercero, caballerizas, lavaderos y cocina. En la
actualidad se está construyendo la base de la fachada que lleva la altura de 1
m. 50 cms. revestida de chiluca negra,
así como el primer fortín de forma octagonal… Los fondos con los que cuenta
el Sr. Madrid para la consumación de sus obras son los donativos particulares y
el producto de las multas cedido para mejoras por el ejecutivo del Estado.
PERIODICO OFICIAL DEL ESTADO, noviembre de 1893”.
La
falta de ese tesoro que se llama conocimiento ha propiciado la destrucción de la
riqueza histórica de Tulancingo y el estado.
Hasta la
próxima.
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lolvalart@hotmail.com.
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