EL ESCENARIO DE LA REVOLUCIÓN
Por Gloria Valencia Vargas
Porfirio Díaz fue
uno de los personajes principales de este evento, un presidente quien estuvo más
de 30 años en el poder en esta época que se denominó como el “El Porfiriato” y
que algunos historiadores calificaron como épocas de paz progreso y esplendor,
la caída de Porfirio Díaz se dio por el ambiente de injusticia y desigualdad que
existía en el país, la riqueza estaba en manos de unos cuantos, mientras que la
mayoría de la población trabajaba en haciendas, en el campo y fábricas en
condiciones de explotación y esclavitud.
Los hacendados eran
dueños de miles de hectáreas de tierras, también del trabajo de hombres, mujeres
y niños a quienes tenían viviendo junto a sus haciendas en circunstancias de
pobreza donde lo poco que ganaban se quedaba en las tiendas de raya, siempre
endeudados con el patrón.
Desde la óptica de
periodista norteamericano John Kenneth T. en su libro México Bárbaro,
para el que hizo un trabajo importante de investigación en nuestro país antes
del estallamiento de la revolución en 1910, narra el panorama en que se
desarrolló el trabajo de los peones y jornaleros del campo bajo el yugo de los
grandes hacendados. Yucatán fue un ejemplo del trabajo esclavo:
“Los 50 reyes del
henequén viven en ricos palacios en Mérida y muchos de ellos tienen casas en el
extranjero. Viajan mucho, hablan varios idiomas y con sus familias constituyen
una clase muy cultivada. Toda Mérida y todo Yucatán y aun toda la península
dependen de estos 50 reyes del henequén. Naturalmente dominan la política de su
Estado y lo hacen en su propio beneficio, los esclavos son 8 mil indios Yaquis
importados de Sonora; 3 mil chinos (coreanos) y entre 100 y 125 mil indígenas
mayas que antes poseían las tierras que ahora dominan los amos henequeneros…
Los hacendados no
llaman esclavos a sus trabajadores se refieren a ellos como gente u obreros,
especialmente cuando hablan con forasteros; pero cuando lo hicieron
confidencialmente conmigo me dijeron: Si, son esclavos sin embargo yo no acepté
ese calificativo a pesar de que la palabra esclavitud fue pronunciada por los
propios dueños de los esclavos…
Los reyes del
henequén tratan de disculpar su sistema de esclavitud denominándolo servicio
forzoso por deudas, la esclavitud es contraria a la -dicen- la constitución…”
La situación de los
trabajadores en toda la república no era diferente, en el Estado de Hidalgo los
jornaleros eran explotados y endeudados; sus hijas apenas se asomaban a la
adolescencia, cuando el patrón se sentía con el derecho de quitarles la
inocencia. En las haciendas pulqueras y en las minas, los obreros sufrían malos
tratos y represión a sus demandas, muchos eran asesinados.
En contraste, los
hijos de los hacendados vivían en la opulencia, viajaban constantemente a
Europa, vestían con las mejores galas, estudiaban en las mejores escuelas
extranjeras, he aquí un testimonio de los descendientes aquí en Tulancingo:
“Mis tíos vivían
como reyes, a menudo, salían de paseo en caballo y siempre junto de ellos un
niño, un mocito corriendo con un banco cuando, los jóvenes bajaban del caballo
el mozo les ponía el banco para que bajaran… y a pesar de su educación no
supieron hacer frente a la revolución y después a la reforma agraria, murieron
pobres como todos unos inútiles.”
Si a los niños de
hacienda se les educaba para ser inútiles con las niñas era peor, así lo narró
una anciana:
“En la hacienda
éramos como adorno, por la mañana nos despertaban las criadas y nos bañaban, nos
vestían y peinaban, así íbamos al comedor donde tomábamos un exquisito desayuno,
posteriormente salíamos de día de campo… Tiempo después, en la hacienda de mis
suegros, fue lo mismo, a mis hijos los criaron las nanas...”
Este fue el
escenario del porfiriato y estas fueron algunas de las causas que propiciaron el
levantamiento armado.
Hasta la
próxima.
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