EL TEMPLO MÁS ANTIGUO DE TULANCINGO

Por Gloria Valencia Vargas

“En 1523 llegan fray Juan de Aora, fray Juan de Tecto y el lego fray Pedro de Gante. Los dos primeros marchan con Cortés a las Hibueras y mueren en la expedición, Gante pasa el resto de su vida en México.

En mayo en 1524, llegan los doce frailes menores de la observancia, pertenecientes a la Orden de San francisco, dirigidos por Fray Martín de Valencia. Estos doce frailes estaban respaldados por la bula Exponi nobis fecisti del 6 de mayo de 1522, que les daba a ellos y a las otras órdenes mendicantes, autoridad apostólica en donde quiera que no hubiera obispos, para cuanto les pareciera necesario para la conversión de los indios”

“En 1527, llegaron los religiosos Franciscanos de la casa prioral de Texcoco. Primeramente fabricaron una ermita en el barrio de Zapotlán, después la iglesia  de la Tercera Orden dedicada a San Juan Bautista abierta al culto en el 1° de enero de 1527”. Probo. Canuto de Anaya.

Poco después, los franciscanos fundaron la doctrina de Texcoco y a ella perteneció el señorío de Tulancingo, viniendo los indios cada semana para adoctrinarse. En 1527, fundaron la doctrina de Tulancingo siendo su primer prior Fray Juan de Padilla, el primer templo que construyeron fue el Templo de la Expiración situado en el barrio de Zapotlán, que en su interior ha sido objeto de varias remodelaciones y del cuidado que de este tiene la sociedad civil.

En la actualidad, la fecha de construcción está inscrita en un arco de cantera, 1527, en una de las vigas está fechada en 1526. Un año más o un año menos, la importancia de este pequeño templo es enorme.

José L. Cossío y Soto refiere lo siguiente: “Según la tradición, la primera iglesia que construyeron los franciscanos fue la del barrio de Zapotlán que existe abandonada cerca del cementerio de San Miguel y que se conservó gracias a la reparación que le hizo, hace como 50 años, don Jesús González Romero. 1946.

Este edificio fue construido sobre una plataforma prehispánica, pero como no hay estudios al respecto no sabemos si perteneció a Tulancingo o a Zazacuala.

 Hace 20 años, todavía existía un montículo a un lado del templo, que se destruyó por orden de un clérigo de Catedral, la denuncia que la sociedad hizo al INAH no impidió que se echara abajo.

En 1940, don Roberto Ocádiz cuenta lo siguiente:

“El templo más antiguo de la región y de la ciudad es el actualmente llamado de La Expiración, situado en las últimas calles de Allende, fue construido en 1526 fecha que aún se conserva en una viga en el techo; al hacerle la última reconstrucción, perdió toda la originalidad de la época, considerando que fue uno de los primeros templos edificados en la república por los conquistadores españoles antes de ocupar la capital azteca.” Actualmente está cerrado al público“.

El entorno actual de este recinto religioso es triste; el lugar que ocupaba el montículo destruido se convirtió en estacionamiento, una construcción en la parte lateral derecha del templo rompe con el “remate visual”; en la parte de atrás se pueden ver montones de basura.

Para los gobiernos municipales de Tulancingo, los nuevos habitantes, las nuevas generaciones y el INAH, el patrimonio cultural y la historia no existen.