ANTIGUAS HACIENDAS Y RANCHOS DE TULANCINGO
Por Gloria Valencia
En un documento posterior, se inscriben 35 ranchos: Rancho del Abra, Apulco,
Bentorrillo, Chapultepeque, Hacomulco, San Diego Dongo, entre otros. Para
Tulancingo estas fincas junto con su entorno fueron y son parte de la riqueza
cultural.
La mayoría de los nuevos propietarios y herederos en el Valle de
Tulancingo y anexas no valoran estas edificaciones, ni saben lo que tienen, el
dueño de una conocida hacienda presumiendo de ignorancia, se burlaba de que su
propiedad estuviera incluida en el “Catálogo de Bienes Inmuebles de la Ciudad
de Tulancingo de INAH”. Otros las abandonan esperando que el tiempo destruya
lo que a ellos no interesa.
En estados como Morelos, Jalisco, Guanajuato y Yucatán se están
rescatando y restaurando las antiguas haciendas y se les da un uso sustentable,
cuyos cascos están convertidos en hoteles de lujo.
La Hacienda de San José Vista Hermosa, fundada por Hernán Cortés en
1529, desde 1547 funciona como hotel es un ejemplo. Otra hacienda hotel es la
Cocoyoc en el estado de Morelos.
En Jalisco las haciendas tequileras son de las más visitadas,
rodeadas de grandes extensiones de terreno donde se cultiva el agave, el
ferrocarril El Tequilero hace paradas y recorridos cerca de éstas, la Magdalena
es una de las más bonitas y antiguas.
Actualmente son las antiguas haciendas henequeneras del estado de
Yucatán las más cotizadas y las preferidas del turismo europeo, los empresarios
han comprado estos añejos edificios restaurándolos y respetando sus
características arquitectónicas conforme a la época de mayor esplendor.
No solo han recuperado los cascos, el mobiliario, también bardas
perimetrales, talleres, caminos, árboles, monumentos arqueológicos y
superficies de terreno por lo que cuentan con su entorno íntegro.
Es un verdadero lujo hospedarse en la hacienda de Xcanatúm del siglo
XVII.
Ake, junto con la antigua zona arqueológica de Ake, ¡es una
belleza!, posee un taller donde se trabaja el henequén.
En Ochil, otra hermosa hacienda, hay un cenote y dan talleres
artesanales. Como puede leerse todas estas haciendas han sido habilitadas
también como museos.
Aunque a muchos ofende el parangón, nos preguntamos ¿por qué en el
estado de Hidalgo concretamente en Tulancingo existe una tendencia a destruir
todo, especialmente el patrimonio cultural y natural cuando se tienen los
mejores elementos para construir e impulsar un verdadero desarrollo sustentable?
Hasta la
próxima.
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