21.Ene.16.

LA DEFORESTACIÓN EN MÉXICO

Por Gloria Valencia Vargas

A pesar de las tragedias provocadas por el cambio climático, en México se sigue deforestando, cada año se pierden miles de hectáreas de bosques, selvas y áreas arboladas, entre las causas expuestas se encuentran: el cambio del suelo para diferentes actividades, agrícolas, ganaderas, y mineras, además de un crecimiento urbano y suburbano desordenado, la tala inmoderada y los incendios forestales.

            El valle de Tulancingo no es ajeno a la deforestación, cada vez se observan menos áreas boscosas. El campo, las cañadas, los cerros se ven desérticos y polvosos, por todas partes se ve la destrucción. Aquí se ignoran las propuestas de la población que defiende el medio ambiente y se avalan a los depredadores.

            “La deforestación y la degradación de los bosques generan emisiones totales de carbono catalogado como un gas de efecto invernadero (GEI) emitidas en el país.

            De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), México se encuentra entre los países con mayor deforestación en el mundo. La estimación más reciente durante el periodo de 2005- 2010 es de alrededor de l55 mil hectáreas que, aunque es menor a la reportada para el periodo 2000 a 2005, es decir, cerca de 235 mil hectáreas aun representa una cifra considerable...”

            La misma población que se ve favorecida por los árboles contribuye a la deforestación, ignorando los grandes beneficios que estos nos proporcionan.

“Las plantas y los árboles nos proveen de importantes servicios ambientales ya que son los habitas y refugios para la biodiversidad, brindan alimento y materias primas y pueden funcionar como barreras contra desastres naturales.

            De igual manera, los árboles juegan un papel importante en la adaptación al cambio climático ya que absorben el dióxido de carbono de la atmósfera y lo convierten a través de la fotosíntesis en carbono que almacenan en su tronco, raíces y hojas y otros tejidos vegetales.

            Sin embargo, cuando los árboles y la vegetación son destruidos por el cambio del uso del suelo, por la explotación excesiva, por el incremento en la frecuencia y severidad de los incendios, el carbono almacenado es liberado nuevamente hacia la atmósfera contribuyendo a agravar el problema del cambio climático…”

            Entre las catástrofes relacionadas con la deforestación, recordemos el tsunami posterior a un terremoto de 9.0 que se originó en el Océano Índico en la costa occidental de Sumatra, el tsunami devastó las costas de Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia con olas de hasta 30 m causando la muerte a 492 866 mil personas. La destrucción de los manglares en las costas causó que no hubiera defensa frente a la fuerza del agua.

            Haití desde hace años está afectado por una gravísima desertificación en gran parte de su territorio. Millones de árboles han sido talados indiscriminadamente con el propósito de obtener una fuente de supervivencia. Recordemos también la tragedia provocó un huracán por la falta de bosques y selvas.

            Se debe hacer una explotación razonable y sustentable de la riqueza natural de nuestro Valle de Tulancingo.

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