LA MINERÍA EN EL PASADO
Por Gloria
Valencia Vargas
Han pasado ya, más de 400 años que se consumó la invasión española en esta
región de México, fueron los metales que despertaron la codicia de los
españoles, fue la codicia por el oro y la plata la que provocó que los ejércitos
lucharan por conquistar lo que ellos llamaban “los principales señoríos de la
nueva España”.
El
año de 1519 había sido de buena suerte para los españoles, especialmente para su
capitán de 33 años que respondía al nombre de Hernán Cortés. Durante
abril habían desembarcado en las costas de Veracruz, en agosto iniciaban su
camino hacia México – Tenochtitlan y, casi sin contratiempos graves, ya eran
recibidos en son de paz por Moctezuma.
Al
año siguiente, sin embargo, empezarían las dificultades. Aquella hospitalidad un
tanto forzada que les habían brindado los mexicas de pronto se convirtió en
hostilidad.
Fue en 1521 cuando se consumó la conquista de Tenochtitlan, posteriormente los
españoles realizaron expediciones y recorridos por diversas partes de México,
entre estas, la región de Pachuca y Real del Monte en donde los
conquistadores encontraron los tiros de antiguas minas y algunas a cielo
abierto:
“Se dice que las
primeras en ser descubiertas fueron El Jacal y el Encino en 1551. Estas
primeras minas fueron probablemente encontradas a cielo abierto cerca de Pachuca
entre los cerros de la Magdalena y San Cristóbal”
De
esta manera empieza la minería en la época colonial:
“A partir de la
segunda mitad del siglo XVI, el distrito de Real de Monte y Pachuca despertó
gran interés, y contribuyó a que se establecieran en la colonia las bases de una
estructura política, económica y social que giró en torno a la minería. Llegaron
las autoridades españolas para cuidar los intereses de la corona”
Como en la actualidad, y como en muchas etapas de nuestra historia, principió el
saqueo y la entrega de nuestros recursos naturales. ¿Cómo fue el panorama minero
de esta zona en 1850?
La
falta de seguridad y garantías provenida de nuestras continuas revoluciones, fue
motivo también para que continuaran ocultas las inmensas riquezas del Real y
otros distritos mineros que le rodean y que pueden llegar ahora a un alto grado
de opulencia”. Continuando con este capítulo del Libro de Manuel Rivera y Cambas
MEXICO PINTORESCO Y MONUMENTAL nos relata lo siguiente:
En
los cerros que rodean a Real del Monte y Pachuca hay abandonados tiros profundos
sin bordes ni cercas cubiertos de matorrales que los hacen doblemente
peligrosos, no es raro que allí hayan encontrado la muerte algunos caminantes o
que entre las tinieblas de la noche se hayan sumergido en el abismo, los que
estaban muy lejos de sospecharlo como en el siguiente caso:
“En una noche tempestuosa
regresaban a sus hogares unos cazadores llevando de la brida, sus caballos
marchaban por un sendero estrecho y pedregoso; uno de ellos el ingeniero alemán
dijo a sus compañeros creo que ya quedó atrás el tiro de los Jabones; montemos
para descansar y llegar más pronto –
Antes de oír de la opinión de
los demás, ya había subido en su cabalgadura e hincándole las espuelas se
dispuso a partir al frente de la comitiva el caballo advertido por su instinto,
de la proximidad del peligro, se detuvo; el jinete avivó la luz del puro que
fumaba y aguijoneando más al noble animal lo obligó a saltar, las patas traseras
del bruto no encontraron un apoyo en el espacio y jinete y caballo se hundieron
en el abismo…”
En el abismo estamos los mexicanos con la entrega de nuestros recursos al
extranjero.
Hasta la
próxima.
Sus comentarios serán bien recibidos y tomados en cuenta si los envía a:
lolvalart@hotmail.com.
|