LA
MUERTE EN LA LITERATURA
Por Gloria Valencia Vargas
Llegó el día de Los Muertos, Los Santos Difuntos, días de fiesta, fechas
en que surgen los recuerdos de nuestros parientes y amigos ya finados pero
también días en que los panteones se visten de colores, amarillo del cempasúchil
y morado, además de cadenas de papel picado, las noches del 1 y 2 de noviembre
se iluminan por la luz de las veladoras sobre todo en regiones indígenas, en
las casas no falta lo sabroso, las Ofrendas donde se ofrecen los
alimentos favoritos del difunto que también los vivos compartimos, no puede
faltar el mole, los tamales, el atole, la calabaza en tacha y otras delicias.
Pero si en estos días se celebran a los muertos, también se reflexiona sobre la
“muerte”, una de las frases repetidas es “que el mexicano no tiene
miedo a la muerte, el mexicano se burla de la muerte”, pero en la
realidad a la muerte se le teme, se le llora, no estamos preparados para ese
momento.
En México, entre los dichos más populares sobre la muerte están el de;
“A mí la huesuda me pela los dientes; De la suerte y de la muerte no se
tiene escapatoria; El que se muere no se lleva nada, ¿Cuándo has visto
un entierro con mudanza?” Pero a la mera hora ¡cuánto miedo!
|
|
De la literatura, unos breves pasajes:
LA MUERTE DE ARTEMIO CRUZ
Novela escrita por Carlos Fuentes:
“ofrece una visión total del país, de México, al narrar la muerte de uno de
sus prohombres. Doce horas dura la agonía del personaje. En cada hora se
interpolan los doce días que él considera definitivos en su vida días
decisivos… El camino que escogió en cada uno de ellos, de haber sido
distinto, habría cambiado definitivamente su vida”.
Una de las obras maestras de la literatura mexicana es El LLANO EN LLAMAS de
Juan Rulfo:
¡DÍLES QUE NO ME MATEN!
¡Diles que no me maten, Justino! Anda, vete a decirles eso. Que por
caridad. Así diles. Díles que lo hagan por caridad.
- No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír hablar nada de ti.
- Haz que te oiga. Date tus mañas y díle que para sustos ya ha estado bueno.
Díle que lo Haga por caridad de Dios.
- No se trata de sustos. Parece que te van amatar de a de veras. Y yo ya no
quiero volver allá…
Hay para quienes la muerte representa un alivio, así lo expresó la gran
poetisa contemporánea, la argentina Alfonsina Storni, quien días antes de su
muerte escribió el poema Voy a dormir.
VOY A DORMIR
Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides…
Gracias. Ah, un encargo;
Si él llama nuevamente por teléfono
Le dices que no insista que he salido…
Hasta la
próxima.
Sus comentarios serán bien recibidos y tomados en cuenta si los envía a:
lolvalart@hotmail.com.
|