Bienes
muebles:
“Pinturas y esculturas. Joyas, monedas y sellos. Instrumentos
domésticos, religiosos, musicales y agrícolas de pesca y caza, y armas.
Mobiliario objetos artesanales e industriales. Vehículos, acuáticos, terrestres
y aéreos. Documentos escritos.”
Dichos bienes culturales se están perdiendo en todo
el país debido a la inconciencia, ignorancia, destrucción y abandono de los
gobernantes y segmentos de la población. Forman parte del patrimonio cultural
del municipio de Tulancingo:
Las casonas antiguas del centro,
Los Parques y Jardines: La Floresta, El Jardín del
Arte. El Caracol,
Los templos: La Catedral, Los Angelitos, La Merced,
la Expiración. San José, capilla de Santa Ana, San Francisco de Asís, Capilla de
Santa María Asunción,
Las Haciendas o lo que queda de ellas y sus antiguas
capillas: Exquitlán, Huajomulco, Tepenacasco, El Abra, Huapalcalco, San Andrés,
San Isidro, Napateco, el Sabino, San Antonio Farías, San Nicolás el Grande,
Los cerros y cuevas de: Huapalcalco, Napateco,
Metilatla, Tepalcingo, Guadalupe.
Las zonas y sitios arqueológicos: Huapalcalco y parte
de Zazacuala, El Quebracho.
El marco general que da seguridad jurídica a la
conservación del patrimonio cultural de la nación se divide en tres niveles de
competencia: Ámbito federal, estatal y municipal.
Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e
Históricos y su Reglamento; Ley de Tratados Internacionales; Leyes de Desarrollo
Urbano y de Obras Públicas de los Estados; Planes Municipales de Desarrollo
Urbano.
Es muy importante que se conozca el marco jurídico
para la protección de los Bienes Culturales. Cuando se hace una denuncia por la
destrucción de algún monumento, la respuesta que siempre dan los abogados de
INAH es: “no podemos hacer nada, hay muchas lagunas en la ley y las
sanciones son muy leves.” Se publicaron las reformas a la
Ley Federal sobre Monumentos y Zonas, Arqueológicos, Artísticos e
Históricos.
“El
gobierno federal emitió un decreto por el cual se endurecen las penas por saqueo
del patrimonio nacional, así como el que atente contra éste o efectúe cualquier
tipo de intervención en zonas y monumentos protegidos por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia (INAH), sin autorización de esta instancia”.
(junio de 2014).
Esperemos que estas reformas frenen los asentamientos
sobre los monumentos arqueológicos en Huapalcalco y Zazacuala así como la
demolición del patrimonio arquitectónico y artístico de Tulancingo, ya no hay
pretexto para que no se haga cumplir la ley.