RELATOS DE TESOROS EN TULANCINGO
por Gloria Valencia Vargas
En
el pasado siglo XX, la reuniones y tertulias culminaban con “historias y cuentos
de espantos o sobre el hallazgo de tesoros ocultos,” relatos que se atribuían a
conocidos personajes de la localidad o bien se asemejaban con otros en distintos
lugares. El anhelo de la mayoría de los seres humanos es encontrar “el tesoro”
que es la acumulación de riquezas en el pasado por parte de algunos y que
incluyen monedas, joyas, obras de arte, dinero y diversos objetos de gran valor.
A mediados del siglo XIX, los tesoros eran producto de saqueos y asaltos en los
ranchos, iglesias, las fincas y caminos que perpetraban grupos de bandidos.
En
Tulancingo como en todo el país el Porfiriato fue una época de auge económico en
el que las monedas de oro, plata, bronce tenían gran valor y eran guardadas en
baúles, cofres, cajas fuertes, botes, bajo el colchón, etc, muy pocos lo
guardaban en los bancos. Al estallar las Revolución, el asalto, el saqueo y la
destrucción eran constantes, por lo que los hacendados, terratenientes,
rancheros y la gente acomodada buscaron la forma de ocultar sus riquezas, muchos
abandonaron las fincas o murieron y desde entonces los nuevos propietarios
encontraron los tesoros.
Éstos son algunos de los relatos:
“El Tesoro le cayó del cielo. Un señor se encontraba en su vieja casa vernácula
con techumbre de teja y vigas de madera dispuesto a comer, cuando de repente del
techo le cayó un objeto en la cabeza que le provocó un descalabro y lo tiró al
piso, después del fuerte golpe se levantó, vio tirado un jarro roto con monedas
de oro.”
“La vaca espantada. En una localidad cercana a Tulancingo, un agricultor sacó a
su vaca a pasear al campo, el señor amarró al animal a un árbol de escoba, de
repente por alguna razón la vaca se espantó, echó la carrera y con el lazo
arrancó la escoba de raíz, quedando un hoyo; con sorpresa el dueño de la vaca
encontró un baúl enterrado repleto de monedas.”
“La pared de adobe. Las paredes de adobe de las viejas casonas de Tulancingo
fueron sitios en donde se ocultaron algunos de los tesoros. Tiren, es pared de
adobe, ordenó el dueño de la casa a sus trabajadores, así lo hicieron y con
asombro encontraron un cofre con monedas entre la pared. Aunque por ley el que
descubre el tesoro en propiedad ajena tiene que compartir la mitad de tesoro con
el propietario del predio, los albañiles no se lo notificaron…”
“Tesoros en las camas de latón. Estas camas eran las favoritas de las señoras
para guardar sus ahorros, los billetes se guardaban en rollos dentro de los
tubos de las cabeceras, sin embargo, las personas que con el tiempo encontraron
grandes cantidades de dinero en estas camas, vieron con desilusión que éstos ya
no tenían ningún valor, estaban fuera de circulación…”
¡Cuántos tesoros se han perdido en Tulancingo! tesoros que habría aportado a la
ciudad y a la población del valle de Tulancingo, mucha riqueza económica vía
turismo, el patrimonio arquitectónico del centro histórico, las zonas y sitios
arqueológicos parques y áreas verdes, sus bosques y áreas naturales. La
corrupción, la Ignorancia y la avaricia se han encargado de su destrucción.
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