.poema en gris.

 

De .En una suerte de poemas II.

 

 

 

 

Los ataques sobre el cielo gris

pintaban el poder ansiado

de la comarca la poltrona

los aspirantes fumando porros

dirigían sus humos a la ella ella

por su luz hurtarle

y a todo aquel que lazarla

por conocerla pudiera

 

ensañándose unos canos mechones

cayendo al descuido le disparaban

oculto en flores enrolladas

en la visita del que en obras

ponía amor a los pobladores

 

el cantante blandía

sus notas de su prole rodeado

y la de ella ella para herirla

profundo en esos días

de ambición por la silla

ese cantantillo de quien

desde años antes ella poeta

repelía furtivos emplastes

pues para ellos todo era

humear fogones

en sendas ceremonias

para dispersar su influencia

y llenar las alforjas

pero ahora entonada voz

a seducción del porro

fumó pacto por poder

con pistilos en rollos

en los parajes del carrizo

porque no se sabía

pero seducir con histrionismo

que hundía hasta el abismo

aporreada arma letal era

y en mascarada hechizos

de amor y lujuria

toda voluntad aniquilaban

y aprendió él y su prole

cómo conjuro originario

desplegar engañando

con atractivos disfraces

infiltrándose así

en almas inocentes

e inadvertidas mentes

 

oh cuánto conjuro

en humaredas de azufre

cuánto se agitaba

cielo en gris

sobre la comarca

de dementores voladores

cuánto expecto patronus

invocar debían

y en esas imágenes

de amor prevaleciente

a ser pueblo asirse

por el magno adeudo

de esos entes de malignidad

que por décadas reunieron

y por siglos que la sacerdotisa

esperara a devengar,

rezaba la leyenda,

en estos tiempos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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