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Martín García,
tulancinguense distinguido que asumió la
presidencia municipal motu proprio sin remuneración salarial
En 1903,
Martín
García
López
ocupó la Presidencia Municipal de Tulancingo con la condición
impuesta por él mismo de ejercerla
voluntariamente, sin percepción económica
alguna, y hoy, gracias a la colaboración de Luz
María García Andrade que nos envió el texto y
las fotos a continuación, Tulancingo cultural
brinda un breve espacio a este
el tulancinguense
a manera de
homenaje por su disposición de servir a la
ciudadanía no sólo como edil del municipio sin
remuneración salarial sino también con obras de
sus propios recursos para la población tulancinguense.
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DON MARTÍN GARCÍA
por Luz María García Andrade
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Nació el 2 de enero de 1853,
en la hacienda San Francisco Londres, municipio
de Singuilucan, estado de Hidalgo, donde su
padre desempeñaba el cargo de Administrador.
Sus padres fueron Don José
Cristóbal García y Doña Nieves López, quienes
tuvieron seis hijos, cinco mujeres, María
Tomasa, Victoria, Isidra, Magdalena, María, y un
varón, Martín.
Estudió algunos años en un
colegio ubicado en la ciudad de Tulancingo, pero
su padre enfermó y tuvo que regresar a San
Francisco Londres para hacerse cargo de la
administración de la hacienda.
A la muerte de Don José
Cristóbal, con la idea de tener un negocio
propio, la familia se trasladó a Tulancingo. El
joven Martín compró un molino de harinas y
trabajó arduamente, para sostener a su madre y
hermanas, puesto que era el único varón.
En noviembre de 1888,
contrajo matrimonio con la Srita. Ignacia Soto
Linarte, perteneciente a una familia
tulancinguense, con quien tuvo ocho hijos:
María, Esperanza, Amelia, Clemencia, Cristóbal,
Rafael, Martín y Raúl.
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Fábrica “Los Ángeles”
En 1888, fundó la
fábrica de hilados y tejidos de lana a
la que puso por nombre Los Ángeles, una
de las cuatro más importantes de la
época avecindadas en la ciudad de
Tulancingo, a saber: La Sorpresa, San
Luis y la de José Franco.
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En su mejor época, Los
Ángeles ocupaba la manzana que delimitaban
las calles de Los Ángeles (Libertad),
Cuauhtémoc, Morelos y el callejón de Churubusco
(Churubusco).
La maquinaria era
inglesa, con unos cuantos telares
mecánicos, la mayoría eran movidos por
los pies y las manos de los obreros; al
correr de los años la fue modernizando.
Un motor de vapor y un dínamo
suministraban la energía eléctrica, pues
aún no existía este servicio en la
ciudad. Se trabajaba de 6 de la mañana a
las 9 de la noche, con tres descansos
para reponer fuerzas e ingerir
alimentos.
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Don Martín García, el
segundo personaje. |
Fabricaban: ponchos, tilmas,
cotones, jergas, frazadas y cobertores de dos
vistas.
Entre sus principales
clientes se contaban grandes empresas nacionales
de esa época como El Centro Mercantil, y otras
que siguen en funcionamiento.
No sólo en el país sus
productos fueron reconocidos, sino en otras
naciones, donde participó en exposiciones y
obtuvo menciones honoríficas, diplomas y
medallas:
1893 -
Exposición Colombiana Universal, Estados Unidos
1900 - París,
Francia
1901 -
Exposición Panamericana de Búfalo, Estados
Unidos
1903 -
Exposición en el estado de México
1904 -
Exposición Universal de San Louis Missouri,
Estados Unidos
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Vale la pena conocer
el significado del escudo que ostentaba
la fábrica y que fue ideado por Don
Martín:
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en el centro la efigie de
Hidalgo, puesto que la ciudad de
Tulancingo pertenece a este estado de la
República;
·
un ángel de cada lado,
los cuales simbolizan su nombre, sin
olvidar que la Virgen de los Ángeles
para muchos es la patrona de Tulancingo;
·
en la parte inferior, las
medallas que ganó en las exposiciones a
que hemos aludido anteriormente. |
Con la muerte de Don Martín,
la inexperiencia de sus sucesores, que eran muy
jóvenes y el estallido de la Revolución, la
fábrica desapareció.
Prosigamos relatando, a
grandes rasgos, la labor de este tulancinguense
distinguido, en favor de su ciudad.
Presidencia
Municipal (1903 a 1907)
En 1903, ocupó la Presidencia
Municipal, ante el beneplácito de sus paisanos,
pero con la condición impuesta por él:
ejercerla gratuitamente.
De inmediato se dio a la
tarea de realizar obras en beneficio de la
ciudad; entre las principales, están las
siguientes:
El asilo para ancianos
Con sus propios
recursos, adquirió la casa de Porfirio Díaz #
51, para ubicar el asilo. A su vez,
el Ing. Gabriel Mancera,
otro distinguido tulancinguense, lo dotó del
mobiliario necesario.
El pabellón quirúrgico del
Hospital San Vicente
También con su propio
capital, se construyó el pabellón quirúrgico
del mencionado hospital e inclusive donó el
mobiliario, el instrumental y los medicamentos.
El drenaje
Una obra de beneficio
incalculable para toda la población fue la
construcción de éste, hecho que se llevó a cabo
durante su gestión.
Introducción del agua potable
De igual manera,
invirtió su propio dinero para comprar el
manantial de agua potable denominado “Del
Temporal”, ubicado en el vecino pueblo de San
Antonio Cuautepec y llevar el preciado líquido a
Tulancingo.
A su vez, presentó ante la
Asamblea Municipal un proyecto para la
introducción, distribución y cobro del agua, el
cual fue aprobado por unanimidad y llevado
a feliz término. El costo de la obra corrió por
cuenta de don José Pánfilo García y se inauguró
el 10 de octubre de 1906.
El alumbrado público
Se instaló gracias al apoyo
económico que proporcionaron los distinguidos
señores: Gabriel Mancera, Gabriel San Vicente,
el citado José Pánfilo García, Gorgonio de la
Concha, Miguel Islas, David Uribe, Félix
Castillo, Ismael Santillán y, desde luego, Don
Martín García.
Fue la Srita. María García
Soto, hija de Don Martín, quien desde
el kiosco de La Floresta, subió una palanca y se
iluminó toda la ciudad.
Los tranvías públicos
Don Gabriel Mancera,
propietario del ferrocarril Hidalgo, dotó a
Tulancingo, de un servicio de tranvías
que comunicaba a toda la ciudad.
El Banco de Hidalgo
Don Martín realizó los
trámites necesarios para que Tulancingo contara
con una sucursal del Banco de Hidalgo, en la
cual fungió como Presidente del Consejo.
La celebración del 16 de
septiembre
Uno de los actos públicos
promovidos por Don Martín fue éste, con el
objeto de conmemorar dignamente tan importante
acontecimiento nacional.
Se acostumbraba adornar las
casas comerciales y las particulares con
banderas y motivos patrios.
Por la mañana se hacía un
desfile en el que participaban: una banda de
música, los alumnos de los colegios, los obreros
de las fábricas, la Asociación de charros y
finalizaba con la bandera nacional enarbolada
por el Jefe Político, Don Félix Castillo, a su
derecha Don Martín, Presidente Municipal y a su
izquierda, Don Alberto González, Tesorero del
Municipio.
En la noche todo el pueblo
acudía a La Floresta, adornada con farolitos de
colores para solazarse con con la música de las
diversas orquestas que amenizaban el festejo.
En diciembre de 1906, la
revista denominada Álbum Quinquenal Ilustrado
dedicó este número a Don Martín García,
donde dice “ameritado ciudadano, insigne campeón
del trabajo y la laboriosidad, propietario y
fundador de la Fábrica de Hilados y Tejidos de
Lana Los Ángeles, Tulancingo, Hgo., uno de los
industriales más notables del país".
Tan ilustre hombre falleció
el 4 de octubre de 1907, de pulmonía, en la casa
de su propiedad en Av. Juárez Núm. 49, ahora
Casa del Arzobispado, en la ciudad de
Tulancingo.
Al conocerse el deceso, la
fábrica paró sus trabajos, silbó quince minutos
seguidos, comunicando la fatal noticia y casi de
inmediato, las demás factorías la secundaron.
El patio de la casa Juárez se
llenó a los pocos minutos; acudieron sus amigos
y los obreros, no sólo los de su fábrica, sino
también los de las otras, los cuales
permanecieron toda la noche y parte del día
siguiente haciendo guardias, como muestra del
cariño y respeto que le profesaban.
Después, el féretro fue
conducido al Palacio Municipal y se instaló en
el Salón de la Asamblea, donde permaneció hasta
las 3 p.m. en que fue conducido en hombros de
los propios obreros a la capilla de la hacienda
de Exquitlán, propiedad de su tío Don José
Pánfilo García, para darle sepultura.
Sin embargo, en plena
Revolución, por temor de que los cuerpos de la
familia García, sepultados en la capilla de la
mencionada hacienda, fueran profanados, se
exhumaron y posteriormente se inhumaron en el
Panteón Civil de Tulancingo.
En 1966, después de meses de
trámites ante la Presidencia Municipal, Don
Rafael García Soto, hijo de Don Martín, logró
que se colocara una placa en lo que fueran las
instalaciones de la fábrica Los Ángeles, que en
ese tiempo, eran ocupadas por la Escuela
Secundaria Martín Urrutia Escurra.
Placa conmemorativa en que
se enumeran los logros de Don Martín García
durante su
Presidencia Municipal en beneficio de la ciudad,
ubicada en la Secundaria “Martín Urrutia
Escurra”.
Camino a la develación de la
placa; en primer término, a la izquierda el
Presidente Municipal y a su lado, Don Rafael
García, hijo de Don Martín García López.
Aquí, el Presidente
Municipal de Tulancingo, el Sr. José Luis
Robledo López, Rafael García y el Director de la
Secundaria Urrutia Escurra.
Bibliografía
García
Soto, Rafael, Memorias, México, 2004.
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