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México Máxico
México se pinta solo... y
más
MCCO©
¿Por
qué? ¿de dónde? ¿cómo? No lo sé, a mí me dio como una fiebre
y un no despegarme del lápiz, simplemente comencé y no
terminé, seguí y seguí y sigo, como obsesionada con el mapa
de mi México.
Un
día fue una idea y otra, por ahí de diciembre de 2010, el
México Herido, el Cono de la Abundancia Saqueado. Otro día
fue otra, en 2011, que, confieso, no me creía capaz de
plasmar, pero la traía entre ceja y ceja y semanas después
me dije: sí se puede. Fue el México Sufriente, ese ser
humano en la postura con la forma de la república mexicana,
vaya, no quería yo ni intentarlo porque ¿cómo se me
ocurría que México podía adaptarse a la figura de un humano,
o al revés?, pero la idea se repetía en mi mente, en mi
imaginación, veía el sufrimiento de México, estaba
viendo un ser sufriente.
He dibujado desde niña
porque me gustaba y se me daba con facilidad, pero nunca le puse
la dedicación requerida,
simplemente dibujo y ha sido una herramienta indispensable
en mis actividades. Mis conocimientos fueron por mucho
tiempo los que,
a solicitud de mi madre
que observaba mis bosquejos,
me
enseñó mi prima Blanca Luz Ramos, que es diseñadora y
excelente dibujante. Tenía doce años de edad y en Tulancingo no había
alguien más en esa época para desarrollar esas artes.
El diseño me ha fascinado desde siempre y he
realizado varios proyectos; también doblar y cortar
papel han sido parte de mis disfrutes y con gusto
hice un buen número de las marialuisas de esta
exposición.
La
idea que aparecía constante en mi mente persistió hasta que
me senté con el lápiz y el papel a trazar eso que no creía
yo posible hacer. Logré el México Sufriente después de un
par de intentos. Luego, apareció un racimo y un
pergamino enrollado y unas manos y resolví: 'ahora no, ahora
estoy muy ocupada'. Tenía pendiente en ese momento la
publicación de La vida es otra (poemas en theta), y
concluir el Cuento Caligráfico, el cual me tomó
meses.
Con tantas actividades en
2012,
los dejé de lado.
Pero este año, plasmé algunas y, de golpe, vino una avalancha de ideas que no pude
detener, sí, ahora es cuándo, y el lápiz no me ha soltado a
mí sino
para escribir con él la silueta de mi México pletórico de
simbolismo, mi México Máxico. Quiero escribir y sólo escribo esta silueta
mexica, como una obsesión, como una consigna, como un
mandato.
México
se pinta solo surge del simbolismo que se
desprende de su sola figura en el mapa, como si
con ella la Madre Tierra nos estuviera dando
señales, indicaciones, mensajes, recordándonos
lo que somos, nuestra enorme riqueza natural y
cultural, como si no debiéramos olvidarla nunca,
como si la Madre Tierra hubiera decidido en el
principio de los tiempos que en este siglo sería
necesario algo que tuviera constante en la
memoria quiénes somos, mantener presente a cada
momento
que México se pinta solo y no necesita nada más
que a sí mismo: su tierra, su gente, su cultura,
su diversidad, nos necesita a los mexicanos.
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