|
|
|
|
Se presentó en la Catedral Metropolitana de Tulancingo el libro
La vida es otra (poemas en theta)
de Cristina de la Concha
En
el conjunto arquitectónico catedralicio,
unos versos emergieron de las bocas de integrantes de la Unión
Latinoamericana de Escritores para presentar el libro La vida es
otra (poemas en theta).
Al anochecer de ese viernes 25 de noviembre, en
ese longevo escenario de cantera, con el cielo infinito por techo,
un techo como detenido por la piedra que se alza en el crucero hacia
la cúpula y
que se mira desde
el Claustro del Exconvento Franciscano, unos
anturios en blanco, rojo, rosa y verde, inclinaban levemente su
corola para escucharlos.
Con el apoyo del párroco de la Catedral Metropolitana, el Pbro.
Josué Alvarado, la Mtra. Paty Sanabria, historiadora encargada del
Archivo de este Recinto y miembro del consejo de Tulancingo
cultural, Culturalcingo y la ULatE presentaron este nuevo ejemplar
de Cristina de la Concha, en este recinto histórico que durante más
de cuatro siglos ha sido testigo de la vida cultural
tulancinguense.
Delia Cabrera, Félix Pacheco, Nicolás Fuentes, Ma. Eugenia
Rodríguez, José Antonio Durand, Jorge Quintanar, Pterocles Arenarius,
Joel Alejandro y Ma. Elena Solórzano dieron lectura a sus textos
sobre La vida es otra (poemas en theta), título de una selección de poemas realizada por el poeta
chihuahuense Rogelio Treviño, con prólogo del reconocido escritor
uruguayo mexicano Saúl Ibargoyen e ilustraciones de portada y
viñetas originales de la propia autora, que, para José Antonio
Durand, “dotan a la obra con el toque bucólico de la melancolía con
la cual atraviesa su libro”, y de las que la poeta Ruth Pérez
Aguirre señala son “ojos
extraños de miradas que quieren decir algo más de lo que los versos
se afanan en ocultarnos”.
La poeta Ma. Elena Solórzano discurrió sobre las corrientes poéticas
vanguardistas destacando el surrealismo y la escritura automática en
la que enmarca esta poesía. Delia Cabrera nos dice que “Cristina
trabaja con (…) un lenguaje que retuerce en forzadas articulaciones
gramaticales, tratando de hacer legible la exploración del dolor,
por medio de un lenguaje que es también cruel”, sobre lo que
Pterocles Arenarius comenta:
El
retorcimiento de las palabras ocurre porque se incurre en el decir
de lo inenarrable, porque las palabras no existen, el lenguaje no
alcanza, pero la expresión no se detiene.
|
Mientras el poeta Nicolás Fuentes le dedicó un poema de su autoría a
la escritora, Félix Pacheco hizo un poema con el índice del libro.
Jorge Quintanar, Ma. Eugenia Rodríguez y Joel Alejandro se
detuvieron en el dolor de este ejemplar, y José Manuel Romero tomó
esta poesía para untársela como en los versos “es tu
amor/ que me lo unté por toda en mí”.
|
Pterocles Arenarius terminó la intervención de los escritores:
“La poeta ha dejado de ser ella misma, ahora es todo en la dimensión
diamante, en la que ocurre la contemplación de sí misma, que es el
universo. En su navegar se descubre en la “dimensión diamante/
donde amante tuya me
vuelvo/ y me milagro”; en las profundidades de sí misma se inaugura
el verbo milagrar: “en esta infinitud/ alucerada/ afogada/ brillada
mi piel/ me goza”. |
|
|
|
|
|
más de Cristina de la
Concha
|
|
|
|